El constante elogio de las exportaciones peruanas de
productos pesqueros como la harina de pescado y la pota, en los cuales somos
los primeros en el mundo, como se lee constantemente en algunas noticias,
obviamente producen un patriótico sentimiento de orgullo nacional, lo que no
deja de ser una visión sesgada e incompleta. El análisis del impacto que las
exportaciones pesqueras producen en el PBI, es también frecuente de observar;
pero no se analiza el impacto de la pesca en la alimentación y el desarrollo
nacional.
La percepción completa debe provenir de un análisis simple
que muestre cuál es el real beneficio que ha recibido el Estado peruano y cada
ciudadano.
No es suficiente satisfacer nuestro orgullo, ni
preocuparnos por el impacto de la pesca en el PBI solamente. Tenemos que saber,
si además, se está atendiendo la necesidad nacional de alimentos con alto
contenido proteínico y cómo se está contribuyendo con el desarrollo del país.
Debemos conocer la manera con la cual se
está beneficiando el país, a través de la presentación de cifras precisas que
muestren la participación nacional de la renta que genera ese primer puesto en
las exportaciones. Cuánto dinero ingresa al Tesoro Público proveniente de la
actividad pesquera y cómo se le distribuye e invierte.
La Nación necesita conocer:
¿Cuál es la renta de la industria y qué porcentaje de la
misma se destina a satisfacer necesidades de la población?, ¿Cuánto ganamos los
peruanos en términos reales por la explotación de nuestros recursos pesqueros?;
¿En cuánto y cómo contribuye la pesca a reducir el índice de desnutrición
infantil?; ¿Cómo contribuye la pesca a incrementar la seguridad alimentaria del
Perú, en especial de las poblaciones vulnerables?
La alimentación nacional debe ser la prioridad, no así la
exportación, que si bien forma parte importante en el contexto del modelo
económico, no tendría por qué competir con ventaja, con la comercialización de
productos pesqueros en el país. Exportar tiene privilegios y ventajas que
no tiene el mercado nacional.
El procesamiento de la anchoveta para el mercado interno,
así como su comercialización en estado fresco, carecen de normas apropiadas y
promocionales que dificultan que la población nacional, especialmente las
poblaciones más vulnerables, accedan a este recurso.
Mejorar la competitividad de la cadena productiva de la
pesca artesanal, que es la que proporciona el abastecimiento al mercado
nacional, es un reto que requiere de voluntad y decisión políticas en un marco
de innovación, desarrollo tecnológico, investigación y capacitación integrales
y no a través de acciones aisladas.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información, ideas y corrientes de
opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria
y del cuidado del medio ambiente. Pero
sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una
opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a JULIO 2016 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
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