La pesca no ha sido un tema de
interés para la mayoría de partidos políticos y casi nadie habló de propuestas
para el sector durante la campaña para la primera vuelta. Ese menosprecio por
la problemática y el futuro de la pesca en el Perú, es constante desde hace
muchos años y ha facilitado que la normativa pesquera oscile entre el
favoritismo a una parte del sector y el olvido de otras partes. Debe haber
provocado, también, el rechazo y descontento de los pescadores que no
encontraron representatividad en esta primera vuelta.
¿Qué le espera al sector en la
segunda vuelta? Desde la óptica del pescador es poco lo que podría esperar.
El tan alabado modelo democrático ha generado dos finalistas, por lo cual, en respeto al sistema, se deben elegir entre ambos y respetar el resultado final. Ambos finalistas deberán replantear, perfeccionar, mejorar o introducir propuestas para la pesca, dado que lo que tienen en sus planes actuales es insuficiente en el caso de Fuerza Popular y ausente en el caso de Perú Libre.
Algunos aún siguen creyendo que
el Perú es Lima. El Perú es mucho más que eso y mucho más que tecnócratas
acartonados que muestran una lejanía absoluta de la realidad nacional. El Perú
tampoco es Facebook ni redes sociales.
La soberbia mostrada por muchos
candidatos, tenía que llevarlos al fracaso, ineludiblemente. Se olvidaron de la
gente, de que el mensaje debía ser para las personas y no para las élites
intelectuales y profesionales nada más. El discurso técnico, elitista y sesgado
hacia las minorías tenía, al final, que cobrar su factura.
Ideas de alto nivel y lenguaje
difícil de entender, desconectado de la gente, no podía calar en los corazones
del pueblo peruano. Se habló de la izquierda y de la derecha y la ultraderecha
en términos económicos; pero también hubo candidatos intelectual y
académicamente de derecha, desconectados del ciudadano común, sin contacto con
el Perú olvidado, sin hablar el lenguaje común y sin ofrecerle a la gente lo
que más necesitaba: esperanza.
Un buen plan no es suficiente si
no es debidamente comunicado. Tampoco es eficaz si minimiza a algunos sectores,
como el pesquero, puesto que todos tienen personas a las cuales se debió llegar
y convencer. Si el plan no llega a los corazones de la gente brindando
esperanza y confianza en sus candidatos, no tendrá resultados, como
efectivamente ocurrió.
La soberbia, las apetencias de
poder y la ambición, condujeron a muchos al fracaso y enterraron las esperanzas
de los jóvenes y de los pocos candidatos que se animaron a subirse al coche de
la comunicación sencilla y conectarse con la gente para darles esperanza en un
futuro mejor.
El ganador ha obtenido un
triunfo, en la medida que más allá de las discrepancias ideológicas existentes,
supo llegar a la gente, a los sufridos ciudadanos que solo esperaban un mensaje
de esperanza, un contacto directo con sus problemas y alguien a quien entender
y en quién creer. El mensaje de la elección muestra con toda claridad que la
gente ya está cansada de ser utilizada por políticos, intelectuales y
tecnócratas. La gente quiere algo nuevo que la ponga en primer lugar, quiere un
gobierno del pueblo y para el pueblo.
¿Por qué ganó quien ganó?
Simplemente porque tuvieron una mejor táctica de campaña y aprovecharon el
sentir de un pueblo que ha expresado su hastío y su fastidio por un sistema y
una clase política que nunca le dio nada a la gente.
Esos partidos que perdieron, no
lo hicieron por fraude o designio de los dioses, sino que heredaron el odio de
una población hastiada de la incapacidad de años de gestión pública orientada
solo a las minorías capitalinas y citadinas en olvido total del pueblo
periférico y rural.
El tema de fondo en nuestro
sistema democrático es que las libertades que pregona son precisamente las que
incuban a una clase de personas que devienen en inadecuadas e incapaces para
dirigir el propio sistema. Genera una clase política que convierte a la
política y al sistema de gobierno en una forma de vida, en un sistema de guerra
de guerrillas por alcanzar el poder para asegurarse a sí misma ventajas
económicas y sociales que resuelvan sus propios problemas. En esto poco o nada tienen que ver las
poblaciones y grandes mayorías para quienes supuestamente gobiernan y por
quienes hicieron la lucha por obtener dicho poder.
Genera una prensa que bajo el
dogma de la libertad de expresión crea un poder oculto que es quien gobierna
los grandes temas. Bajo el disfraz y la mentira de la expresión “opinión
pública”, un grupo reducido de personas se adjudica el derecho de decir lo que
le conviene al sector que representa y le conviene, tomando el concepto como si
fuese la opinión real del pueblo. Nada más alejado de la verdad.
Lo cierto es que la clase
política y la prensa utilizan al pueblo para sus propios fines e intereses,
distorsionando de esta manera el concepto mismo de la democracia, de la
república, que en el fondo significa que las personas que lideran y gobiernan,
lo hacen no en su propio beneficio, sino en beneficio de la comunidad a la que
representan.
El punto básico en cuestión no es la ideología de cada cual, sino que el modelo ha permitido que esto ocurra. En consecuencia, debe elegirse entre uno de los dos, nos guste o no nos guste. Lo que pase después es algo que deberá resolverse dentro de las normas del modelo que tanto se alaba: la democracia. ¿O es que es buena solamente cuando los finalistas son del agrado de las minorías dominantes?
El pueblo juzgó y habló
molestando a muchos ¿Por qué? ¿Porque, quizá la gente se cansó del modelo que
nada le ha dado y usó sus derechos democráticos para expresar su voluntad de
cambio? ¿por qué extrañarse entonces?
¿Por quién deben votar los
pesqueros en la segunda vuelta?
A continuación, el extracto de
las propuestas para la pesca que se pueden leer en los planes de gobierno de
los dos partidos que competirán por la presidencia de la República:
PERU LIBRE
No No hay referencia puntual alguna a la pesca y
acuicultura
https://declara.jne.gob.pe/ASSETS/PLANGOBIERNO/FILEPLANGOBIERNO/16542.pdf
FUERZA POPULAR
1.3.2. Pesca y acuicultura
La industria pesquera realiza
distintas contribuciones al país, siendo la anchoveta la principal responsable
de dichos ingresos. La rentabilidad del sector muchas veces depende de diversos
factores; a inicios de la década anterior la pesca representaba el 2% del PBI
nacional, esta cifra se ha visto reducida en los últimos años por lo que
resulta preponderante establecer cambios para recuperar el potencial perdido.
En este escenario, la pesca
industrial, se compone de empresas integradas que son las más grandes y tienen
plantas de harina de pescado y embarcaciones. Este sector quema la anchoveta
solo para hacer harina. Siendo la anchoveta es una fuente de proteínas que
puede solucionar el problema de la anemia y desnutrición.
En cuanto al consumo humano
indirecto, tenemos a las grandes empresas que pescan jurel, caballa y pota (con
licencia) y hacen conservas o congelados, usualmente para exportación. Las
plantas conserverías compran el jurel, la caballa y anchoveta a pescadores
artesanales y los residuos los queman en pequeñas plantas de harina autorizadas
por PRODUCE.
Sin embargo, el tema de más
trascendencia y de mayor potencial para la economía peruana es la acuicultura,
que requiere una mayor atención del Estado.
En ese orden de ideas, proponemos
lo siguiente:
a. Asegurar la producción de los
recursos pesqueros, desarrollándolos con el apoyo de investigación científica,
nuevas tecnologías a implementar y un correcto análisis de los ecosistemas y
cambios climáticos que se suscitan en nuestro territorio.
b. Asegurar beneficios sociales
para los pescadores artesanales y brindarles mecanismos o herramientas para que
puedan crecer de manera sostenible. Fomentaremos la reivindicación del pescador
artesanal que son los que abastecen los mercados mayoristas y el boom
gastronómico.
c. Potenciar la acuicultura, que
puede ser en el mar como conchas de abanico (potencial lenguado y pulpo) o en
tierra (llamada continental y como son Langostinos, Truchas, Paiche, Tilapia,
Gamitana, Boquichico).
d. Promover financiamientos de
embarcaciones modernas para los pescadores por medio del Fondo de Desarrollo
Pesquero (FONDEPES); y la modernización de los desembarcaderos artesanales con
cámaras de frío.
e. Fomentar una política de
gobierno articulada con los programas sociales y el sector privado para
promover el consumo directo de pescado por parte de la población.
f. Establecer un régimen
promocional que permita implementar una estrategia de cadenas productivas con
los productos que podrían competir en el mundo, como por ejemplo para el atún y
la acuicultura; así como medidas para fortalecer la actividad conservera.
https://declara.jne.gob.pe/ASSETS/PLANGOBIERNO/FILEPLANGOBIERNO/16490.pdf