Reflexión de la Revista Pesca
al cumplir 56 años de existencia
LA PESCA EN EL PERU AYER HOY
Y MAÑANA
El sector pesquero peruano es
complejo por la diversidad de intereses existentes en la explotación de
recursos naturales renovables como son los hidrobiológicos, así como por la
propia naturaleza y entorno en el cual viven los mismos.
La organización de los administrados
está visiblemente dispersada en demasiados gremios de pescadores artesanales
poco articulados, con peticiones dispersas y no integradas, frente a una
eficiente organización gremial de la industria pesquera, que además dispone de
eficientes operadores políticos. Esta dispersión coloca a la autoridad de
pesquería en una situación poco sencilla
de manejar con eficiencia debido al tiempo que significa atender y escuchar a
tantas personas, agremiadas o no.
Esta difícil situación se ve
agravada cuando el funcionario carece de experiencia y conocimiento sobre la
problemática sectorial. Empeora cuando además de ello no tiene conocimiento de
cómo funciona el sector público, o conoce de pesca pero no del aparato estatal.
Si a esta ecuación se le agrega
la ausencia de planes de largo plazo para la pesquería, estamos frente a un
serio problema que tiene que enfrentarse debidamente.
Las administraciones de ayer
hicieron cosas buenas y malas sin medir los impactos en el largo plazo ni la
sostenibilidad de sus medidas. Cometieron errores y tuvieron aciertos. Las de
hoy tienen su propia agenda y descuidan continuar lo bueno y corregir lo malo de ayer.
Y olvidan que mañana el nuevo funcionario hará lo mismo y la rueda seguirá
girando mientras los temas de fondo permanecen igual.
La coyuntura fuerza al
funcionario a diseñar planes de impacto inmediato porque ese es el razonamiento
del político que busca legitimación mediante medidas espectaculares y
mediáticas.
Pero sin experiencia en el sector público a veces se olvida que las
ideas, sean de quien sean, no se implementan así no más como en el sector
privado.
El sector público funciona bajo un
sistema que básicamente obliga al funcionario a hacer lo que mandan las leyes y
normas vigentes, la ley de presupuesto y los planes estratégicos sectoriales
multianuales. Aún si se quiere incumplir estos planes, el aparato funciona en
base a decretos supremos y resoluciones supremas, ministeriales y directorales que
el Poder Ejecutivo elabora para ejecutar las políticas públicas o implementar
las ideas del gobernante. Las leyes son materia del Poder Legislativo; pero aún
ellas requieren de reglamentos que se aprueban por decreto supremo y son más
largas de formular.
Por tanto no se puede implementar
una agenda con la rapidez que se cree que puede hacerse, si no es dentro del
marco legal que lo permita. Y para eso se necesita abogados. No necesariamente tienen
que directores generales, ni de línea, ni autoridades políticas, pero son
necesarios para elaborar resoluciones y decretos, únicos documentos de gestión
que tienen fuerza vinculante. Cada director debiera tener experiencia en el
sector público y en el sector pesquero y contar con el asesoramiento de
abogados, también con experiencia y conocimiento pesquero, de preferencia.
Lo ideal es que la autoridad y funcionarios
tengan ideas sobre el sector y una agenda desarrollada en un plan de gobierno
que haya sido trabajada con asesoría legal para elaborar oportunamente y con
eficacia los documentos que la hagan
viable. De esta manera se implementará la agenda con rapidez.
El tema se hace problemático y se
presenta grave, cuando recién empezado el gobierno se empieza a elaborar una
agenda bajo presión de tiempo, sin la experiencia ni el conocimiento debidos de
la problemática y necesidades sectoriales. Se puede copiar ideas o escuchar
propuestas; pero ejecutarlas es otra cosa. No medir sus impactos en el tiempo
y/o no consensuarlas con los administrados, también es otra cosa.
Como muestra tenemos los ya
legendarios Decretos Supremos 005 y 011, que consumieron y siguen consumiendo
demasiado tiempo y atención de funcionarios y administrados en perjuicio de
atender temas de fondo. La fusión del CEP Paita con el FONDEPES y la
desaparición del Instituto Tecnológico Pesquero es otra muestra. Dos errores
cometidos ayer sin que se evalúe su corrección hoy; porque al estar enfocados
en una agenda de impacto inmediato no hay tiempo para revisar el ayer ni pensar
en el mañana.
Necesitamos una política pesquera
de largo plazo que sea una Política de Estado consensuada con las fuerzas
políticas, los administrados y la sociedad, de tal forma que se asegure su
continuidad en beneficio del bien común, del público, del ciudadano, quien es
finalmente el objetivo principal de toda política pública.
Esta necesidad ha constituído y
constituye una propuesta permanente que he hecho a través de esta plataforma y
todas aquellas en las cuales he participado, con la clara convicción de que el
futuro de una pesquería peruana sostenible, solo se asegurará mediante una
Política de Estado de largo plazo que sea respetada por todos.
Marcos Kisner Bueno