La
Dirección General de Capitanías y Guardacostas otorga certificado de matrícula
sin necesidad de permiso de pesca, como lo muestra el procedimiento Nº: 74 del TUPA
de dicha Institución.
La norma
está abriendo la puerta a las embarcaciones que solo tengan certificado de matrícula
sin el permiso de pesca, el cual se le facilitará si se asocian
cooperativamente y tienen RUC. Si la idea es formalizar a la pesca artesanal,
esta medida ¿convencerá al armador artesanal a sacar su RUC?
La norma
pretende incorporarlo a un programa de beneficios, los cuales no están
claramente establecidos. Intenta incentivar al pescador a sacar su RUC para
poder ser sujeto de los beneficios de los programas a crearse, pero que no
están definidos en la norma. ¿Será suficiente estímulo para que el pescador
ingrese a la base de datos de la SUNAT con todas las ventajas pero también desventajas
que ello implica?
Se puede
crear un riesgo de proliferación de más embarcaciones pesqueras en un escenario
que requiere de precaución y disminución del esfuerzo pesquero.
Un plan
de acción para realizar intervenciones en la mejora de la competitividad de las
cadenas productivas de pescadores artesanales, debe partir de dos premisas:
1.
Que
la flota artesanal tiene deseos de modernizarse; pero que carece de la
capacidad técnica y financiera para hacerlo. Por lo tanto, requiere de apoyo.
La correcta articulación de este apoyo, entre el Estado y el sector artesanal,
teniendo como eje a la I & D + i sería la mejor opción de mejoramiento.
2.
Que
una gran parte de la flota y un sector de los comerciantes dedicados a la
actividad son informales con poco deseo de volverse formales.
Ambas
premisas imponen un curso de acción que obliga a la intervención del Estado en formas
y modalidades que no se mencionan en
la norma recientemente promulgada.
El
armador y el pescador tienen que desarrollar una cultura empresarial, para lo
cual deben ser motivados y capacitados; pero con respeto. Es necesario
estimular un cambio de actitud en los pescadores artesanales, propiciando su
incorporación definitiva al sector empresarial y el abandono de procesos de
baja productividad, por lo que necesitan capacitación, con la finalidad de entregar
un producto con mayor calidad y valor agregado para incrementar sus beneficios.
El armador artesanal debe convertirse, como mínimo, en un micro empresario
altamente tecnificado, ofreciendo pesca sanitariamente inocua y de excelente
calidad.
Mejorar
la competitividad de la cadena productiva de la pesca artesanal, es un tema que
requiere verse en un contexto integral. No es suficiente una norma aislada sino
que debe formar parte de un conjunto de medidas, en el marco de la
investigación, desarrollo tecnológico, innovación y capacitación, que se están
gestando en el sector pesquero nacional, alineados con el Plan Nacional de
Diversificación Productiva, el Sistema Nacional de Innovación en Pesca y
Acuicultura y el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura.
Las
medidas aisladas al final de una gestión, no se presentan como la mejor
propuesta de cambio y mejoramiento sectorial. En términos prácticos, el DS
Nº:006-2016-PRODUCE solo ofrece un permiso de pesca colectivo sin especificar
con precisión adecuada cómo fortalecerá a la pesca artesanal.
Marcos
Kisner Bueno
Presidente
de la Revista Pesca