El
sexto y último objetivo de la política pesquera debiera ser: ORGANIZAR Y
DESARROLLAR COMPETITIVAMENTE LA PESCA ARTESANAL, redefiniendo el concepto de pesca artesanal reordenando dicha actividad, mejorando la gobernanza
de la actividad pesquera artesanal e impulsando su competitividad en aguas
marítimas y continentales. Se debe fortalecer las capacidades de los agentes de
la pesca artesanal y modernizar la infraestructura pesquera artesanal.
La
pesca en el Perú requiere ineludiblemente que el conductor y responsable de la
Política Nacional, es decir el Presidente de la República, conozca
perfectamente la realidad sectorial de
forma tal que le permita diseñar objetivos y políticas de largo plazo. El derecho pesquero y el derecho a la
extracción de recursos hidrobiológicos existen en función a la disponibilidad
de los mismos y no en función a las demandas sociales de ningún grupo humano ni
a las demandas económicas de ninguna empresa o gremio empresarial. El recurso
pesquero no aumenta en función a la demanda. Un recurso pesquero extinguido es
imposible de ser regulado.
“Los
recursos marinos son un bien público, no un recurso privado. Por tanto, el
derecho de explotar esos recursos debe asignarse con arreglo a criterios que
garanticen que la pesca contribuya lo máximo posible al interés público”. En el
Perú se ha atribuido siempre a los recursos marinos, no solo el carácter de
renovable, sino además, la cualidad de inagotable. Se ha elegido aceptar el
mito, en obstinada ignorancia de los hechos, creyendo que los recursos
pesqueros son infinitos e inagotables y forzando la extracción hacia límites
impredecibles en sus consecuencias.
La
pesquería peruana, una de las más grandes del mundo, requiere de la visión de
un Estadista que tenga clara la necesidad de introducir reformas en la
pesquería. Mientras no exista voluntad y decisión políticas de Palacio de
Gobierno para manejar debidamente el sector pesquero, dotarlo de un Ministerio
no resolvería realmente nada de fondo, sino tan solo de forma. Un Ministerio de
Pesquería con un Ministro inadecuado, tampoco contribuiría apropiadamente al
mejoramiento del sector, aún cuando en el Consejo de Ministros la Pesquería
tuviese un asiento exclusivo.
En
tanto no exista una Política de Estado definida por el Presidente de la
República; en tanto no mejore la eficiencia en la ejecución y en la calidad del gasto; en tanto no vaya
acompañada de una reforma en la tributación y la participación de la industria
para que el Ministerio disponga de recursos suficientes para introducir
reformas sustanciales, sería inútil.
El
diseño de una política pesquera requiere de una definición de lo que se quiere
para el futuro y qué rol jugará la pesca en la alimentación nacional y los
programas sociales que se requieren.
La
política pesquera tiene que formar parte de una estructura de plan de gobierno
con contenido ideológico y conceptual que sustente las decisiones técnicas que
deban tomarse, acciones que ocurren antes de la asunción del cargo.
Marcos
Kisner Bueno
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a DICIEMBRE 2015.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información, ideas y corrientes de
opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria
y del cuidado del medio ambiente. Pero
sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse
una opinión propia sobre la problemática pesquera.
En esta edición: todo el tema generado por la polémica decisión de aperturar la temporada de pesca de anchoveta en el Perú.