Al quinto mes de la asunción
del actual Ministro de la Producción y viceministro de pesca y acuicultura,
casi todos los directores han sido relevados y reemplazados por nuevos. Es
presumible que una cantidad de funcionarios dependientes de los nuevos directores
también hayan sido reemplazados, lo que es habitual en el manejo de la
administración pesquera en el país. Esto es bueno cuando se saca del cargo a
personas inadecuadas; pero es malo cuando salen aquellos que sí son apropiados.
Pero en ambos casos se pierde continuidad en la función, se pierde memoria
institucional y se pierde experiencia.
Sin embargo esa es la realidad
y esos son los hechos.
La cosa es que la pesquería es
la perjudicada con esta falta de continuidad. No existen planes de largo plazo,
no hay agenda, se improvisa y nos enfrentamos a un tipo de administración que,
sabiendo que va a durar relativamente poco tiempo en el cargo, solo puede
enfrentar los problemas del día a día, que no son pocos y dedicarse a resolverlos.
No tienen tiempo para ver el bosque detrás de esos árboles.
No hay agenda, solo hay manejo
diario, priorización de temas que generan impacto mediático y puntos a favor
para durar un poco más en el cargo. Pero mirada de largo plazo no existe, ni
siquiera de mediano plazo. No hay mística por la pesca, ni vocación de
servicio. Es tan solo un empleo más que hay que aprovechar mientras dure.
Esa es la constante en el
sector desde hace mucho tiempo.
En esa realidad, se intuye que
detrás de ese escenario existe un poder oculto que mueve los hilos y defiende
intereses de parte. ¿Quién recomienda o avala a las nuevas autoridades y
funcionarios que con mucha frecuencia asumen los cargos? ¿Qué agenda deben
cumplir en retribución al nombramiento? ¿Cómo se negocian los nombramientos?
Hemos visto reducción de
multas y normas con clara intención de privilegiar ciertos temas y también
olvidos o ignorancia de otros temas. También hemos visto un Congreso que por
ley reduce multas favoreciendo a ciertas empresas y restando autoridad a quien
las impone. El mensaje es que si te multan no pagues, gana tiempo y espera que
por ahí un ministro o el Congreso te resuelva el problema.
¿Estamos en la misma constante, o esta administración todavía puede ofrecer el desarrollo de una agenda de temas importantes y solución de asuntos pendientes, como por ejemplo el cumplimiento del DU 015-2020 sobre la restructuración del Imarpe y varios otros asuntos que quedaron por ahí tales como una nueva visión más efectiva sobre el tema de la formalización de la flota artesanal, la flota pesquera china, el abandono del ex CEP Paita y la capacitación pesquera artesanal, por mencionar los más notorios?
En lo que parecería una realidad alterna, muchos gremios y personas opinan, sugieren, sostienen reuniones con funcionarios que nada o poco entiende del tema sin mayor voluntad ni vocación alguna para resolverlo y lo hacen cada vez que cambian autoridades sin llegar a resolver nada. Es una rueda que gira sin cesar y nunca se detiene.
Por otro lado, algunos de los
medios siguen publicitando algunas cifras, como las de exportación e ignorando otras como las de derechos de pesca e impuestos y resaltando temas intrascendentes, o creando imagen favorable de alguien mientras otros analizan debidamente
algunas cosas e incluso presentan sugerencias. Pero en ambos casos no pasa nada,
el tiempo sigue su curso, las cosas se olvidan, llega un nuevo cambio de
funcionarios y la rueda sigue girando.
¿Qué sentido tiene, entonces, sostener reuniones, conversar, opinar, sugerir o criticar sobre temas pesqueros? ¿A alguien con autoridad y
poder para tomar acción le importa?