El siglo XXI es el siglo de la sociedad
civil organizada, no de los políticos, ni de sus partidos. El entorno
internacional nos brinda excelentes ejemplos de cómo una población organizada
puede alcanzar sus ideales democráticos; de cómo una tragedia nacional puede
trascender fronteras para ser arropada por otros ciudadanos del mundo; de cómo
el malestar social puede institucionalizarse para lograr cambios políticos
trascendentales en un entorno de paz.
El cambio del país está en sus individuos.
En el empeño que cada persona le pone a sus actividades diarias. En los valores
que heredamos a las generaciones futuras. En el ejemplo que le damos a nuestros
hijos e hijas. En el valor y compromiso que tengamos para rechazar a aquellos
que quieren seguir dominándonos con las mermas del poder. La decisión del
cambio es individualísima, pero su efecto puede ser ampliamente reproducible
entre quienes soñamos todos los días con construir un mejor país.
Los invito a leer el artículo “LA
CONSTRUCCIÓN DE UN MEJOR PAÍS” en la edición de mayo de la Revista Pesca