Necesidad de la seguridad social y de pensiones en la actividad pesquera
Fernando Alvarado Pereda, Ingeniero Pesquero
La actividad pesquera de nuestro país ocupa un lugar relevante en el mundo, que ha sido logrado por el esfuerzo del sector privado y de ciento de miles de pescadores que día a día se hacen a la mar para extraer sus riqueza en beneficio de la alimentación de nuestra población y de otras actividades industriales que sustentan un mercado de exportación en los distintos rubros, por lo que nuestro país percibe un ingreso importante de divisas. A manera de referencia, en los últimos 58 años (1950-2007), la actividad pesquera ha generado alrededor de US$ 26,794 millones de dólares, por concepto de exportaciones en valores FOB, de los cuales el 79.7% (US$ 21,346 millones) corresponden a productos tradicionales y el 20.3% (US$ 5,447 millones) a productos no tradicionales.
Nunca estuvo exenta de peligros y sigue creciendo el número ya elevado de tripulantes que han perdido la vida en el desempeño de su labor. Estas lamentables pérdidas vienen siendo menos frecuentes que hace sólo unas pocas generaciones, pero ningún adelanto técnico puede eliminar por completo la amenaza que las fuerzas del mar y otros peligros naturales presentan a la tripulación. Tampoco es posible excluir el error humano, ni hacer que las herramientas propias del oficio del pescador (embarcaciones, equipos y aparejos de pesca) sean totalmente seguras.
La flota pesquera artesanal reporta frecuentemente pérdidas de embarcaciones en la mar por falta de instrumentos de navegación, desperfectos mecánicos en sus motores y radio balizas de emergencia. Los buzos que realizan trabajos mediante el buceo con compresora, frecuentemente sufren de problemas de descompresión y de deterioro de su salud por falta de capacitación en esta riesgosa actividad. Se tienen referencias de accidentes en las actividades extractivas de la flota industrial a causa de hundimientos de embarcaciones por exceso de captura en sus bodegas, encallamientos por pescar en zonas muy cercanas a la playa (prohibidas) con poca profundidad y por errores humanos en cuanto a navegación. A esto se suma que éstas pérdidas y daños no pueden ser cuantificados periódicamente, debido a que el Perú, no cuenta con una estadística oficial que sea de conocimiento público, emitida por las autoridades competentes, que señale los diversos tipos de siniestralidad laboral en el sector pesquero en general.
Si analizamos este mercado laboral, tenemos que según cifras de la ENEPA II, para el año 2007, el sector pesca reportó una Población Económicamente Activa (PEA) de 145,232 trabajadores, de los cuales el rubro extracción representa el 58%, procesamiento el 19.3%, acuicultura 6.2% y por último las actividades conexas con el 16.6%. El mismo documento reporta que la población laboral en los últimos 8 años se ha visto incrementada en 23,603 trabajadores, desde 1999, de los 121,629 pescadores (19.4% de incremento).
La pesca industrial cuenta con el sistema de seguridad social de salud que le brinda Es Salud así como la Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador-CBSSP, que inició sus operaciones con el otorgamiento de beneficios sociales en vacaciones y cese de la actividad pesquera, incrementando posteriormente en sus servicios el pago de pensiones con el fondo de jubilación, gratificación y las prestaciones de salud.
En cuanto a la Seguridad Social para el pescador y procesador artesanal independiente, se regulan por la Ley 27177 que los incorpora a los pescadores artesanales independientes del mar y de los recursos hidrobiológicos continentales y a los procesadores pesqueros artesanales independientes, sin embargo sólo el 3% de la población artesanal cuenta con este beneficio. Según cifras de ESSALUD para el 2007, se registró un total de 1,027 pescadores artesanales asegurados declarados, de los cuales 25 pertenecen a las Organizaciones Sociales de Pescadores Artesanales con integrantes asegurados, 813 integrantes acreditados y 214 integrantes no registrados en PDT SUNAT. Por otro lado la Dirección General de Pesca Artesanal, reportó que el número de afiliados al Seguro de Vida se ha venido incrementando, así tenemos que para el año 2006 se registró 1,858; el 2007 se registró 2,675 y hasta junio del 2008 se registraron 3,452 afiliaciones.
Adicionalmente, los pescadores cuentan con el Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo creado por la Ley 26790 que les brinda cobertura de salud, cobertura de invalidez y sepelio, siempre y cuando cuenten con un contrato laboral (el 13% de la población artesanal cuenta con contrato de trabajo, el 87% es informal y sólo el 3% del total tienen cobertura de seguridad social; para el caso de los pescadores industriales, alrededor del 40% no cuentan con un contrato laboral).
Respecto al Sistema Público de Pensiones en Perú, éste opera actualmente bajo el esquema paralelo en el que coexisten básicamente dos sistemas: 1) El sistema Público de Pensiones y, 2) y el Sistema Privado de Pensiones (SPP). Ambos sistemas están orientados a satisfacer las necesidades del individuo y su familia cuando llegue a la etapa de la vejez, o si es que con anterioridad sufre una invalidez o fallecimiento, otorgando protección a sus beneficiarios. Cabe señalar que mediante Decreto Supremo Nº 019-2007-Produce, en los incisos a) y b) del Artículo 1º, el Ministerio de la Producción decreta que para que se otorgue la autorización de zarpe, se debe acreditar el cumplimiento de la Póliza de Seguro de Vida vigente a favor de los tripulantes; y, la constancia de pago del Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo.
El trabajo del pescador está catalogado como de “alto riesgo”. La actividad pesquera, es una de las más riesgosas de mundo debido a que se llevan a cabo en un entorno a menudo hostil, salvo condiciones meteorológicas excepcionales, las embarcaciones pesqueras están constantemente sometidas al vaivén del medio marino. Cuando hay mar gruesa, este movimiento puede alcanzar proporciones extremas e imprevisibles. En cubierta, los pescadores están expuestos a la intemperie y los embates del mar, así como a los riesgos propios de las artes de pesca y otros aparejos, y a menudo a los de la captura misma. El riesgo de accidentes a bordo es inherente a la naturaleza de las operaciones de pesca.
Estos riesgos hacen necesario otorgarle todas las garantías y facilidades para el cumplimiento de las exigencias que los programas de seguridad de la vida humana en el mar lo requieran. Arriba se ha señalado los bajos porcentajes de pescadores que cuentan con un sistema pensionario, de salud o que laboran bajo un contrato laboral adecuado, razón por la cual se deben realizar los esfuerzos necesarios en aras de que realicen su trabajo dentro de un ambiente laboral seguro y decente.