Escuchamos los términos sostenibilidad, ordenamiento pesquero, innovación tecnológica e investigación científica.
Hasta el mes de abril del 2011 los escucharemos con más frecuencia durante la campaña electoral. Lo que sería conveniente escuchar es el cómo se piensa llegar a implementar en la práctica dichos términos.
Investigación se asocia a Imarpe e Innovación y Desarrollo Tecnológico al Instituto Tecnológico Pesquero.
Generalmente se vincula la solución a las necesidades de investigación e innovación y desarrollo tecnológico con las personas. Hay quienes creen que cambiando personas se está dando soluciones o mejoras, lo cual no es del todo exacto.
Tampoco es correcto censurar que la Presidencia de Imarpe esté en manos de un Oficial de la Marina. El actual presidente y su antecesor son profesionales con amplia experiencia y conocimiento sobre temas del mar en el campo científico. Independientemente de que fuesen marinos o civiles, lo que debe contar es el talento para el cargo. Y ambos lo tienen, como lo tiene también la Alta Dirección del IMARPE y del ITP.
El primer paso hacia la investigación que permita aplicar medidas de sustentabilidad y ordenamiento pesquero, así como desarrollo de nuevas tecnologías no radica fundamentalmente en cambios del personal que dirige los destinos de los organismos científicos y tecnológicos.
El problema de fondo radica en que las instituciones disponen de presupuestos insuficientes para financiar programas de investigación y desarrollo, así como para el pago de remuneraciones adecuadas. Y aún si dispusieran de esos presupuestos, el procedimiento administrativo general que se aplica a las instituciones del Estado no es precisamente el más eficiente.
Las instituciones de investigación y desarrollo tecnológico requieren de un tratamiento empresarial. Finalmente son empresas cuyo producto final es la información científica que permita un ordenamiento razonable con técnicas y metodologías que permitan presentar al mercado nuevos productos. Por tanto, deberían funcionar como empresas y no como entidades burocráticas sujetas a la rigidez de un sistema público poco eficiente.