Los recursos pesqueros son valores que no pertenecen al
explotador del recurso sino a su dueño, que en el caso de los peces somos todos
los ciudadanos a través del Estado que nos representa.
El modelo exportador de harina de pescado se ha ejercido a
través de ceder, casi en forma gratuita, la renta de los recursos pesqueros a
los grupos económicos en los últimos años.
Los resultados actuales expresan esa captura de la renta,
como una seria injusticia en los ingresos fiscales. Instaura la injusticia de
que se beneficien los explotadores del recurso, y no sus dueños.
Se ha creado un negocio para capturar esa renta porque ahí
están los grandes ingresos en una forma relativamente sencilla.
Hoy, existe un mayor dinamismo del sector pesquero
exportador pero, ¿por qué no irradian este crecimiento al resto del país? Que
les vaya bien a estas empresas no significa que le vaya bien al ciudadano
medio, porque no generan mayor empleo. La industria harinera ya no admite
mayores posibilidades de crecimiento en su empleo. Más bien la automatización
de las plantas debe conducir a una reducción del empleo. Por último, con 60, 70
o hasta 90 días de trabajo anuales por efecto del exceso de flota e
infraestructura, tampoco se genera empleo estable ni de calidad.
El sector pesquero exportador se puede renovar científica y
tecnológicamente, capturar la renta y el beneficio estructural. Sin embargo, la
degradación ambiental, la degradación del ecosistema y la reducción de la
biomasa son significativas y amenazan el futuro.
Cuando se agoten los recursos ícticos, bien por efectos del
cambio climático o por la sobre explotación ¿cuáles serán las fuentes de
ingreso por exportación?
La capacidad de generar ingresos está sustentada en la
captura de renta basada en la explotación de recursos naturales. Existen
límites físicos y biológicos que debemos establecer.
Lea el artículo: LA VERDADERA PARTICIPACION DEL PERU EN EL
NEGOCIO PESQUERO, en la sección Mar Abierto de la revista Pesca de Junio 2013.
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