La
designación de una nueva presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería, en
reemplazo de Richard Inurritegui, abre la posibilidad de recomponer las
relaciones entre dicho gremio y la autoridad de Pesquería. Es razonable esperar esta mejoría debido a la
calidad personal y cualidades de Elena Conterno, que con toda seguridad imprimirá
un estilo más adecuado y prudente en el manejo de los intereses gremiales que
empieza a representar.
Su corto paso por el Ministerio de la
Producción, truncado debido a decisiones
políticas, abona a su favor por la experiencia obtenida, más que por los
contactos que pueda suponerse que mantiene. Hay que recordar que la última
reestructuración del Ministerio de la Producción, gestada durante el período
oscuro, generó una alta rotación de funcionarios en dicho organismo.
La relación con el Estado, que representa los intereses
de la Nación, debe colocarse en el nivel que corresponde mantener entre administrado
y autoridad sectorial. Detalle que no fue tenido en cuenta en lo que va de este
Gobierno.
Sin embargo la problemática pesquera no está totalmente
centrada en la SNP. Este gremio es una parte de la industria pesquera; pero no
representa a todo el sector. Si bien es
cierto concentra la porción más importante de producción de harina, lo cual es
un atractivo para armadores que quieren convertir anchoveta extraída en la más
alta ganancia posible (fuente importante del desorden), existen otros problemas complejos y hasta más
urgentes relacionados con la pesquería
artesanal (que cuenta con aproximadamente 800 gremios representativos); con los
desembarcaderos pesqueros (que dependen de los Gobiernos Regionales); con la flota pesquera no perteneciente a la SNP
(agrupada en varias organizaciones también); con muchas empresas de CHD
agremiadas en la SNI; y con las plantas procesadoras informales y embarcaciones
ilegales que son también parte de la agenda.
De alguna manera debería ser más fácil lograr consensos
con un grupo pequeño de empresas agremiadas y bien representadas, que con
muchas empresas productoras y miles de embarcaciones atomizadas en cientos de
gremios.
Aliviar las tensiones entre la SNP y el Estado, abonaría
en beneficio de la búsqueda de consensos para el ordenamiento de la pesquería
peruana, concentrando todos los esfuerzos necesarios en la definición de
normativas adecuadas para todo el sector, sin perder tiempo en confrontaciones
mediáticas.
En todo caso, Elena Conterno aporta un aire fresco al
clima de las relaciones del Estado con una porción de los administrados del
sector; pero no es propietaria ni accionista de ninguna empresa pesquera, lo
que la coloca tan solo en una posición de interlocutora y representante, con...
¿qué capacidad de decisión en las acciones de cada empresa agremiada en la SNP.
Difícil compromiso servir a los intereses de parte de
algunos administrados, habiendo sido Ministra del Sector.
Marcos
Kisner Bueno
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