Antes de introducirse
mayor esfuerzo pesquero al sistema, la autoridad científica debe proporcionar
el conocimiento técnico necesario para la formulación de políticas, la toma de
decisiones y la elaboración de planes y proyectos, los que deben tener como
principal consideración el manejo sostenible de los recursos y la recuperación
del medio ambiente marino y costero. Es la única forma de desarrollar un método
de gestión que permita armonizar los valores culturales, económicos y
ambientales y equilibrar la protección ambiental y el desarrollo económico de
las zonas costeras.
La promoción de nuevas
pesquerías y/o el aumento del esfuerzo pesquero deben estar fundamentados en
una sólida base de conocimiento derivada del trabajo científico y riguroso. La
investigación científica es pieza clave como generador primario de información
relevante para emprender acciones bien sustentadas en torno al manejo adecuado
del mar y de las zonas costeras.
Por lo tanto, antes de
entrar en propuestas promocionales de la pesquería se debe realizar un estudio
que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de
su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el
efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual
de captura por especie.
De esta información se
deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de
incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas
individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos
pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de
Humboldt.
La estructura de los
desembarques pesqueros a lo largo de los últimos 50 años permite afirmar con
total exactitud que la pesquería peruana es monoespecífica y basa su
productividad en los pequeños pelágicos. Hay un vacío de conocimiento sobre el
resto de especies, de las cuales no sabemos tanto como de la anchoveta.
Es necesaria una mayor
investigación y también, si fuese posible, por científicos investigadores
independientes que permitan llegar a las mejores conclusiones en los temas que
tendrán impacto en las decisiones de ordenamiento que deberán adoptarse en el
futuro cercano.
La fortaleza del
sector, que radica en el sistema de afloramiento de la costa peruana, evidencia
una dependencia casi total del recurso anchoveta, lo cual constituye un serio
riesgo que puede afectar la productividad ante impactos negativos de orden
natural.
Por tanto es necesario
actuar con criterio precautorio en el manejo de los recursos pelágicos y
realizar los mayores esfuerzos de investigación y exploración de nuevas
especies que permitan diversificar la actividad extractiva para reducir
paulatinamente la dependencia de la anchoveta.
Las exportaciones y las
ventas al mercado nacional descansan en la extracción de pocas especies cuyas
biomasas no son conocidas, lo que es motivo adicional para profundizar la
investigación.
La investigación
científica de los recursos pesqueros, el medio ambiente marino, la
biodiversidad, la oceanografía; así como, su información y asesoría para toma
de decisiones sobre la pesca, la acuicultura y la protección del medio marino
es función del Instituto del Mar del Perú – IMARPE, Organismo Público Técnico Especializado
adscrito al Ministerio de la Producción. Para dicho fin IMARPE cuenta con
amplia experiencia, capital humano competente y con infraestructura, estructura
y recursos financieros para el cumplimiento de su misión. Es el ente
investigador del sector con reconocido prestigio internacional. Sin embargo, es
la única entidad que brinda información que sustente las decisiones políticas
que toma el Ministerio de la Producción. Ello conlleva un riesgo que debiera
ser minimizado.
Una forma es
reestructurar su organización y entregarle la presidencia aun científico, como
manda el DL 1677 que a la fecha se sigue incumpliendo.
Los recursos
financieros con que cuenta, que son escasos, han sido tradicionalmente
dirigidos a la investigación del principal recurso de la pesquería, es decir la
anchoveta. No existe disponibilidad presupuestal suficiente para realizar el
esfuerzo necesario para orientar la investigación a todas las pesquerías
disponibles en el país, lo que impide la formulación de recomendaciones de manejo
ecosistémico adecuadas y tampoco permite disponer de una guía o inventario de
recursos pesqueros disponibles para su comercialización que puedan servir de
guía al administrador y al inversionista.
El Estado debería
prestar mayor atención a la educación de la población sobre las posibilidades
del país como país pesquero, propiciando que sean accesibles y entendibles para
todos los conceptos de ecosistema, soberanía alimentaria, cambio climático,
fenómeno El Niño y sostenibilidad.
Debería prestar atención
a la difusión de los impactos de la industria pesquera sobre el medio ambiente
y su verdadera contribución con los intereses nacionales, con el objeto de
crear corrientes de opinión y entendimiento correctos sobre el papel que juega
la industria pesquera en la vida económica de la Nación. De esta manera los
medios de comunicación encontrarán a un público entendido en la materia que no
sea fácilmente manipulado como viene ocurriendo a la fecha, donde los
comentarios sobre el sector son sesgados, equivocados, inexactos y llenos de
críticas destructivas algunas veces y elogiosos comentarios sin sustento otras
veces. Generalmente con muy poco aporte constructivo.
Un país con educación y
bien informado siempre constituirá la mejor garantía para una pesquería sustentable
que se enfrente al futuro. Una población
consciente de la necesidad de preservar el ecosistema y el medio ambiente en
beneficio de alimentos asequibles a la población nacional, constituirá la
primera línea de defensa contra la sobre explotación de la industria y la
desinformación de los medios.