La
pesca en el Perú necesita un plan de gobierno eficaz y realista para el próximo
periodo 2016 – 2021 y una Política de Estado
para el mediano y largo plazo.
Si
es complicado hablar de Políticas de Estado de largo plazo en el país, por lo
menos los planes de gobierno que son a 5 años deberían ser apropiados. No es
una lista de promesas u ofertas para los pescadores y/o industriales lo que se
espera de un plan de gobierno. Los antecedentes indican que las ofertas electorales
generalmente no son cumplidas. Mientras más larga es la lista de promesas
electorales, más probable es que sean incumplidas.
Lo
que se requiere es la implementación de políticas con visión de largo plazo, de
ideas que se conviertan en instrumentos de gestión al servicio del ciudadano,
del pescador artesanal e industrial, del empresario y de la sociedad. Para
alcanzar esto no se requiere de grandes promesas, de grandes discursos ni de
ofertas imposibles de cumplir.
La
acción principal y prioritaria del nuevo gobierno debiera ser restituir el
Ministerio de Pesquería y otorgarle autonomía e independencia al Instituto del
Mar, modificando su base legal
permitiendo que la institución sea dirigida por un científico. Es una
decisión administrativa que solo requiere la modificación de los instrumentos
de gestión correspondientes. Solo basta la decisión y la voluntad política.
En
los aspectos técnicos, se necesita diseñar cosas posibles de ejecutar en
beneficio del recurso pesquero. La política pesquera tiene que formularse en
función del recurso y no en función de demandas sociales ni empresariales
porque sin recursos hidrobiológicos susceptibles de ser extraídos, no hay
posibilidad de atender ninguna demanda social ni empresarial.
La
atención de las necesidades del país, de los ciudadanos y de los pescadores,
descansa sobre la base de la existencia de especies que pueden ser capturadas.
La actividad pesquera existe en función de la naturaleza y desarrollo de los
recursos hidrobiológicos. Una especie extinguida no puede ser administrada. La
autoridad política tiene que asumir que la pesca no aumenta en función de la
demanda, por lo que tiene que ser regulada para garantizar sus sostenibilidad.
"Una
pesquería sostenible es aquella que puede mantenerse de forma indefinida sin
comprometer la viabilidad de la población de la especie objetivo y sin ejercer
un impacto negativo sobre otras especies dentro del ecosistema, incluidas las
personas. Además debe incluir un compromiso de buenas prácticas con el medio
marino, contaminación cero y que la actividad no produzca daños
irreversibles".
Marcos
Kisner Bueno
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a SETIEMBRE 2015.
La
idea de la revista Pesca es ofrecer información diversa y constante que permita
ampliar nuestra visión de la pesquería. Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto
crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los
recursos marinos, de seguridad alimentaria y
del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con
información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la
problemática pesquera.
Leamos,
formemos nuestra propia opinión y participemos en la vida política del país que
finalmente nos afecta a todos en todo orden de cosas, inclusive en la
pesquería.
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