No creas en todo lo que se dice.

Aun cuando creas que algo aparece claro, ponlo en duda y no reposes. Duda de todo lo que parece ser bonito y verdadero. Pregúntate siempre: «¿Para qué?». No creas que una cosa sola es buena; lo recto no es recto y tampoco lo curvado es curvado. Si alguien dice que un valor es absoluto, pregúntale en voz baja: «¿Por qué?». La verdad de hoy puede mentir ya mañana. Sigue el río desde donde comenzó el torrente. No te basten las piezas aisladas. Pregúntate siempre: «¿Desde cuándo?». Busca las causas, une y disuelve, atrévete a mirar tras las palabras. Si alguien dice: «Esto es bueno (o malo)», pregúntale en voz baja: «¿Para quién?» Friedrich Paulus

La debida gestión pesquera

La Revista Pesca es un medio de información alternativo que presenta artículos, opiniones y noticias referidas a la pesca en el Perú y el mundo, con énfasis en la política pesquera, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria. En este blog se publican notas de importancia, así como novedades del sector pesquero. En 2025 cumplimos 66 años de publicación en el Perú.

domingo, 28 de diciembre de 2025

VISION DEL SECTOR PESCA Y ACUICULTURA EN LA COYUNTURA ELECTORAL 2026

 

VISION

Disponer de una pesquería sostenible, competitiva y responsable, asegurando el cumplimiento de las medidas de ordenación, fortaleciendo las capacidades de los pescadores con énfasis en la competitividad y tecnología, para alcanzar un elevado estándar de seguridad alimentaria.

El uso sostenible de los recursos naturales se define como: «la utilización de componentes de la diversidad biológica de un modo y a un ritmo que no ocasione la disminución a largo plazo de la diversidad biológica, con lo cual se mantienen las posibilidades de ésta de satisfacer las necesidades y las aspiraciones de las generaciones actuales y futuras». (Último párrafo del Artículo 2° del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Río de Janeiro –Junio 1992- ratificado por el Perú mediante Resolución Legislativa N° 26181 del 12 de Mayo de 1993)

La pesca responsable se define como “aquella pesca racional de cualquier recurso bioacuático orientada hacia la consecución de un óptimo beneficio económico y social, observando indispensable respeto por la biodiversidad y la calidad ambiental”.      (Vigente en la legislación peruana, concordante con el Código de Conducta para la Pesca Responsable de FAO).

Alcanzar pesquerías sostenibles y socialmente responsables no puede ser producto únicamente de leyes o normas, sino, además, de una adecuada capacitación y educación que facilitará el cumplimiento de la normativa en toda la cadena de valor de la pesca artesanal.

Debe enfatizarse el rol fundamental del consumidor final, como objetivo principal de toda la actividad pesquera. La razón de ser del Estado y de la política es y debe ser el ciudadano, cuya primera necesidad es alimentarse, por lo tanto regular recursos hidrobiológicos es un componente fundamental en la visión del Estado. Hoy en día somos un país con una enorme población infantil desnutrida y anémica nadando en un mar de proteína abundante.

La actividad pesquera existe en función de la disponibilidad de recursos hidrobiológicos. Especies extinguidas no podrían ser reguladas ni mucho menos utilizadas.

Los principales objetivos estratégicos para una política y un plan de gobierno para el sector pesquero, deben ser:

Asegurar la sostenibilidad, sino de todas, por lo menos de las principales especies dedicadas al Consumo Humano Directo.

Proporcionar alimentación de origen hidrobiológico a la población peruana en primera prioridad y en especial a las poblaciones vulnerables.

Disponer de un Plan Nacional de Capacitación, que es fundamental dentro de cualquier estrategia de desarrollo para este sector a través de un nuevo paradigma: “innovar creando capacidades”.

Se pueden leer los planes de gobierno de los partidos que compiten en estas elecciones 2026 en el siguiente enlace:

https://lpderecho.pe/elecciones-2026-lea-aqui-planes-gobierno-presentados-partidos-postulantes/

Tarea complicada dada la cantidad de candidatos y lo extenso de algunos de los documentos. Hay que agregar la resistencia de las personas a leer textos largos, que se aprecia en los últimos años, así como al desinterés por la política.

En todo caso, el hecho es que todos los planes dejan de tener vigencia el día que se proclama al candidato ganador. De ahí en adelante es pura negociación política y repartija de cargos para ganar apoyo del congreso.

Una siguiente oportunidad para diseñar y ejecutar una agenda pesquera es en la elaboración del PESEM (Plan Estratégico Sectorial Multianual), que sirve como hoja de ruta para el ministerio y entidades públicas adscritas, estableciendo qué se debe hacer y cómo.

Se precisa disponer, antes del término del año, de: Un PESEM, POIs y PEIs alineados con el plan de gobierno.

Los problemas del sector y sus necesidades, básicamente son los mismos desde hace más de 20 años o más, y han sido expuestos muchas veces. Sin embargo, es poco o nada lo que se ha avanzado.

Los nuevos gobiernos asumen funciones en forma práctica los días 1 de agosto. Ello implica que ya existe un Plan de Gobierno anterior aún en curso, un PESEM aún en curso y una programación presupuestal en ejecución hasta el 31 de diciembre, que teóricamente deriva de los POI de cada pliego. Al mismo tiempo el proyecto de presupuesto para el año siguiente ya está confeccionado y para la aprobación del MEF en el segundo semestre.

En este sentido los nuevos gobiernos tienen un espacio de manejo casi nulo en sus primeros seis meses y un siguiente año relativamente manejable en la medida que se alcance a proponer modificaciones al proyecto de presupuesto y POI ya elaborados.

El escenario real muestra que un plan de gobierno no es aplicable en su totalidad desde el primer día de gobierno, lo que probablemente explique, en parte, que por lo general no se cumpla lo ofrecido, convirtiéndose en un documento de propaganda sin elementos vinculantes que obligan a respetarlo.

El titular del Pliego o Ministro es la persona clave del Ejecutivo en la medida que ejecuta las acciones de Gobierno.

Basado en el plan de gobierno, deberá diseñar su Plan Estratégico Sectorial Multianual, Plan Estratégico Institucional y Plan Operativo Institucional que debieran ser implementados en total coherencia con el Plan de Gobierno. Estos documentos deberán permitir reformular el Presupuesto para el año siguiente a la asunción del nuevo Gobierno. Para que esto ocurra, el tiempo es vital, razón por la cual el PESEM debe estar listos para su implementación, con las acciones derivadas, desde el primer día de gobierno. En ese mismo orden de ideas, los funcionarios responsables de los mandos inferiores al titular del pliego ya deben haber sido convocados e integrados al equipo de gobierno.

No hacerlo de esta manera supone que los primeros seis meses de gobierno se consume el tiempo en reacomodar funcionarios y documentos de gestión en perjuicio de la celeridad con la que deben iniciarse las acciones del Plan de Gobierno.

La cifra de 32 ministros en 23 años, desde la creación del Ministerio de la Producción, podría ser una de las causas de que la gestión del sector pesca durante el período haya sido inadecuada e improductiva para las necesidades de la pesquería.

El gobierno actual ya lleva 9 ministros y 3 viceministros en cuatro años, todo un récord y un monumento a la improvisación.

El corto tiempo que cada Ministro permanece en el cargo, la inexperiencia de cada uno, la rotación constante de funcionarios de todo nivel, derivada del cambio del titular del pliego, muestra que la precariedad y temporalidad del cargo generan ausencia de compromiso e indolencia ante problemas que se desconocen agravando cada vez más la situación del sector.

No basta la buena voluntad, o la capacidad personal. Sin conocimiento y experiencia en pesca, la probabilidad de un fracaso o de no hacer algo serio, es muy alta.

El mejor voto no adhiere promesas: lee trayectorias

Por León Trahtemberg

Cada campaña electoral se convierte en una feria de ofertas. Promesas grandilocuentes, planes perfectos, soluciones inmediatas. Se nos pide creer. Pero votar no es un acto de fe: es un ejercicio de juicio.

Aun en el supuesto —cada vez más ingenuo— de que un candidato quisiera cumplir sus promesas electorales, la realidad política las pulveriza rápidamente. Gobernar no es mandar. Es negociar. Es construir acuerdos con un gabinete que no siempre piensa igual, con congresistas que responden a sus propios electores, intereses, ideologías o cálculos de supervivencia. Las mayorías legislativas se arman y desarman, los consensos son frágiles y las promesas de campaña rara vez sobreviven al primer presupuesto o a la primera interpelación.

Por eso, insistir en votar por promesas es votar a ciegas.

Lo único que realmente tenemos para evaluar a un candidato es su trayectoria. Lo que hizo cuando no estaba en campaña. Cómo resolvió problemas reales. Si supo liderar equipos diversos, si fue capaz de negociar sin traicionar principios, si generó valor en la empresa, en la gestión pública o en el servicio comunitario. La historia personal y profesional no miente; el afiche electoral, sí.

Un buen presidente no es el que promete más, sino el que ya demostró que puede convertir ideas en hechos en contextos adversos. El que sabe escuchar, ceder, persuadir y, cuando corresponde, plantarse. El que entiende que la política no es un monólogo moral sino un ejercicio permanente de liderazgo con otros.

Elegir bien no es preguntarse “¿qué promete?”, sino “¿qué ha hecho?”. No es dejarse seducir por el discurso, sino examinar el recorrido. El mejor voto no se deposita en la urna con ilusión, sino con memoria. Porque las promesas se las lleva el viento; la trayectoria, no.