El sector pesquero es, probablemente, el más difícil de manejar debido a la complejidad de su problemática y por la cantidad de reformas que necesita con el objeto de que la pesquería se convierta en un negocio al servicio de la alimentación nacional, con la debida protección del ecosistema y medio ambiente, tributando y contribuyendo con la Nación en forma justa y equitativa.
Por ello es que los titulares de Pliego sectoriales, así como los cargos de directores y funcionarios principales deben ser cubiertos por personas con experiencia y conocimiento del sector, honestos y con total apoyo directo de la Presidencia de la República.
Las esperanzas que el presidente Humala ha dado al país, que espera un nuevo estilo de gobierno alejado de la clase política tradicional, con un sentido de inclusión social y redistribución de la riqueza, solo podrán concretarse en materia pesquera en la medida que él mismo en forma personal y directa conozca y se entere de la verdadera situación del sector.
La información que el Presidente recibe o recibirá de la comisión de transferencia tiene que ser validada y confrontada por él mismo y por gente de su más cercano entorno y confianza para que le muestren la verdad y no basarse solamente en las exposiciones preparadas por la administración saliente.
Solamente cuando él se entere de la problemática pesquera en su cruda y real dimensión, podrá designar a los titulares de pliego y funcionarios idóneos a los que daría su total respaldo para introducir las reformas necesarias.
Si por el contrario no muestra mayor interés por el sector, como ocurrió con el gobierno saliente, y se vuelve a lo mismo y a las mismas personas, la pesquería estará entonces condenada y la comunidad pesquera peruana, en especial la pesquería artesanal y los trabajadores de la industria pesquera, que han puesto su confianza en el presidente Ollanta Humala, se verán otra vez defraudados. Entonces el país seguiría sometido a la misma desinformación que nos hace creer que somos buenos porque somos los primeros productores de harina de pescado en el mundo y exportamos cada día más pescado, sin mencionar el escaso nivel de contribuciones en materia de impuestos así como el perjuicio constante a sus ecosistemas y al medio ambiente.
La pesca genera mucha riqueza y crea intereses de todo tipo. La labor del Estado es regularla para que la nación en su conjunto se beneficie y no solamente unos pocos y mucho menos al costo de serios impactos sobre el ecosistema y el medio ambiente.
En los próximos días el país podrá apreciar, a través de la designación de los titulares de pliego del sector, cuál es el sentir del Presidente hacia la pesquería peruana.