"Solo un 32% logró reducir las
tasas de muertes de menores de cinco años a un tercio, como establecían los
Objetivos de Desarrollo del Milenio
El mundo no ha logrado su meta de
reducir la mortalidad infantil en un tercio. Era una de las metas de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS) que se plantearon para 2015. Aunque
tanto en términos absolutos como relativos mueren menos niños menores de cinco
años, la cantidad se ha conseguido rebajar en poco más del 50%, no en el 66%
que se pretendía. Además, según un informe de Unicef publicado hoy en The
Lancet, la gran mayoría de los países se ha quedado a las puertas de conseguir
este hito: sólo 62 de los 195 con datos disponibles consiguió la reducción de
mortalidad que se perseguía.
Recortar el fallecimiento de niños a un tercio
era el número cuatro de los ocho objetivos que los líderes mundiales se
plantearon en el año 2000. Tomaron como referencia el número de decesos de
menores de cinco años del año 1990 en el mundo, que fue de 91 por cada 1.000
nacidos vivos. Con datos de julio recopilados, la estimación es que se ha
llegado a 43 muertes por cada millar de alumbramientos. Esto ha supuesto una
reducción en cifras absolutas de 12,7 millones a 5,9 millones por año, con lo
que se estima que 236,3 millones de niños han muerto en el periodo de 25 años
que abarcaban los ODM.
Solo dos regiones alcanzaron el
objetivo: Asia Este y Pacífico y América Latina y Caribe. Entre los 62 países
que lo lograron, 24 son de renta baja y media, entre los que figuran por
ejemplo Etiopía, Eritrea, Bangladesh, Georgia, El Salvador, Bolivia, Egipto,
Camboya, Nepal y Yemen.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
—las nuevas metas que la comunidad internacional se ha planteado para cumplir
en 2030 y que serán aprobadas a finales de este mes en la sede de Naciones
Unidas en Nueva York— se marcan otro ambicioso hito para dentro de 15 años:
reducir las muertes infantiles a menos de 25 por 1.000.
Para alcanzar esta meta de los
ODS, 47 países tienen que acelerar sus progresos, según los investigadores.
Entre ellos, 34 del África Subsahariana. Los autores señalan que incluso con
progresos, el número total de muertes corre el riesgo de no bajar, o incluso
subir en esta región, ya que la población de niños menores de cinco años se
incrementará significativamente.
“Cada muerte infantil representa
la pérdida de un ser humano único. Los países y la comunidad internacional
tienen que pasar a la acción inmediatamente para acelerar el acceso de los
niños a la salud y el desarrollo. Si no se intensifican los esfuerzos para
reducir la mortalidad infantil, particularmente en las áreas donde es mayor,
los objetivos post 2015 no se alcanzarán. La supervivencia de los niños debe
permanecer en la agenda de los ODS", concluyen los autores del artículo"
Fuente
NOTA DE PESCA
En el
contexto descrito, el Perú posee una ventaja única y una gran posibilidad para
eliminar la desnutrición infantil. La anchoveta constituye una herramienta
importante si es que existiese una adecuada política de Estado de largo plazo
que permita utilizarla en la alimentación infantil, en especial de las zonas
vulnerables.
Han
existido programas de consumo de anchoveta, unos exitosos y otros no tanto;
pero lo que no ha existido es continuidad y voluntad política por seguir
avanzado a través de la introducción de mejoras en los programas perfeccionándolos.
Esto nada
tiene que ver con la industria reductora de harina de pescado, la cual es un
negocio diferente. Utilizar una parte de la biomasa de anchoveta en beneficio
de la alimentación nacional no afecta a la industria. Es tan solo un tema de
decisión y voluntad política.
Hubo programas exitosos; pero que requerían mayor
plazo, como el Proyecto Pesca Responsable desarrollado por el ex CEP Paita por
ejemplo. Descontinuado, despreciado y abandonado, no solo por la falta de
políticas sino por el exceso de rotación de funcionarios en la administración
de las instituciones responsables.