El sector pesquero es más complicado y tenso en
relación a algunos otros sectores debido a que tiene gran número de
administrados, muchos intereses, y muchos temas por resolver o atender.
Uno de ellos es la pesca artesanal, cuya problemática
resulta compleja y agravada por la gran cantidad de organizaciones con las
cuales se debe dialogar para establecer consensos. En cambio con la pesquería
industrial hay solamente dos grandes gremios principales que representan a la
mayoría de los administrados.
Muchos intereses, mucho dinero en juego, muchas
organizaciones representativas y muchos administrados, todos ellos con
presencia más o menos activa en la defensa de sus intereses empresariales y
gremiales.
El producto final de todas las actividades pesqueras
es consumido, al final de la cadena, por el ciudadano. Pero ocurre que este no
tiene presencia ni participación en la administración del recurso pesquero,
mientras que todos aquellos que sí la tienen, usufructúan un recurso natural renovable
que no es de su propiedad, sino de toda la Nación y sobre el cual priorizan su
exportación. La injusta ironía es que esta no es una invitada al festín donde
se reparte lo que es suyo.
La falta de información adecuada y oportuna, así como
el desinterés del público en general, favorecen la marginación de la sociedad
en la toma de decisiones. Una de las consecuencias es la existencia, por
ejemplo, de un programa estéril como es “A comer pescado”, que se orienta a un
sector de la población que en términos reales no lo necesita. Otra es que se
permite que instituciones como lo fueron el Centro de Entrenamiento Pesquero de
Paita y el Instituto Tecnológico Pesquero, hayan sido inútilmente destruidos
por administraciones anteriores. El primero absurdamente fusionado con el
FONDEPES y el segundo reemplazado por un confuso cóctel de CITES ineficaces que
hasta ahora no llegan a estar a la altura de lo que fue el antiguo Instituto
Tecnológico Pesquero.
Gran parte del problema ha sido generado por la
entrega del manejo sectorial a personas sin las debidas cualidades, ni
preparación para manejar estos temas, sobre los cuales carecían de la adecuada
información, capacidad y experiencia. Serias denuncias efectuadas por
importantes investigaciones no han generado cambios en el sector. El
enfrentamiento de algunas administraciones con la industria siempre han dado a
la autoridad de turno como perdedora, evidenciando que la mejor opción para administrar
el sector es generar consensos y no enfrentamientos.
Sumado a las presiones de los gremios y a la ausencia
y desinterés de la Sociedad Civil y la ciudadanía, el resultado es la caótica
situación en la cual se encuentran los recursos pesqueros y que hoy resulta
difícil enfrentar, más aún ante la inexistencia de una agenda de largo plazo.
En este sentido las declaraciones y acciones
anunciadas del Ministro Giuffra, que se reproducen en esta edición, alientan la
esperanza de que se aborde debidamente la problemática de la pesca en esta
gestión.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto
exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos
marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria
nacional; y el cuidado del ambiente. Pero sobre todo, contribuir con
información amplia y variada para que el lector empiece a formarse una opinión
propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a OCTUBRE 2016 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.