No creas en todo lo que se dice.

Aun cuando creas que algo aparece claro, ponlo en duda y no reposes. Duda de todo lo que parece ser bonito y verdadero. Pregúntate siempre: «¿Para qué?». No creas que una cosa sola es buena; lo recto no es recto y tampoco lo curvado es curvado. Si alguien dice que un valor es absoluto, pregúntale en voz baja: «¿Por qué?». La verdad de hoy puede mentir ya mañana. Sigue el río desde donde comenzó el torrente. No te basten las piezas aisladas. Pregúntate siempre: «¿Desde cuándo?». Busca las causas, une y disuelve, atrévete a mirar tras las palabras. Si alguien dice: «Esto es bueno (o malo)», pregúntale en voz baja: «¿Para quién?» Friedrich Paulus

La debida gestión pesquera

La Revista Pesca es un medio de información alternativo que presenta artículos, opiniones y noticias referidas a la pesca en el Perú y el mundo, con énfasis en la política pesquera, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria. En este blog se publican notas de importancia, así como novedades del sector pesquero. En 2025 cumplimos 66 años de publicación en el Perú.

miércoles, 7 de octubre de 2015

LA ANCHOVETA, EL INFORME DE IMARPE: LAS OPINIONES

Nota de Pesca

Las conclusiones del informe de la situación del stock norte centro de la anchoveta peruana a setiembre del 2015, emitido por el IMARPE evidencian la necesidad de que el Instituto sea un organismo autónomo.

El Imarpe es una entidad a la cual no se le debería cuestionar sus opiniones, conclusiones y recomendaciones. El problema es que no existe otra institución similar en el país que pueda cuestionarla con el mismo nivel de capacidad y autoridad.

Por otro lado, para que gremios y administrados no pongan en tela de juicio sus informes, (que cuestionan cada vez que les “perjudica” en sus operaciones extractivas) es necesario darle otro nivel mediante una nueva ley orgánica que lo convierta en un organismo público autónomo dirigido por un científico de prestigio y experiencia y se le dote de mayores recursos económicos, los cuales deberían provenir de derechos de pesca más justos que los actualmente existentes.

De esta manera sus conclusiones y recomendaciones serían más directas y objetivas, sin presiones ni manipulaciones. No debe emplear un lenguaje político para evitar fijar una posición clara en cuanto a volumen de captura permisible y oportunidad de abrir o no una temporada de pesca.

La decisión de abrir o no la temporada de pesca queda en manos de la autoridad de pesquería, la cual puede legalmente actuar con criterios políticos, sociales o comerciales derivados de múltiples factores de análisis, incluido el lobby; pero tienen que estar basados en una recomendación firme de la autoridad científica. La ciudadanía juzgará finalmente si la decisión fue la debida o no, porque puede ser legalmente incuestionable; pero no necesariamente debida.

Cualquiera fuese la decisión de la autoridad de pesquería, se debe conocer si lo hace atendiendo a una recomendación técnico científica o por otras consideraciones. El país debe saber quién es responsable de lo que ocurra con la anchoveta, tanto por lo que hizo o dejó de hacer o por lo que dijo o dejó de decir.

Lo que ocurre con este informe es que emite una recomendación tímida, que en realidad no dice nada. Es inocua para la entidad al evitar confrontarse directamente con los interesados en la pesca de anchoveta; traslada el problema final al Ministerio y evade la responsabilidad de afirmar si debe haber temporada de pesca o no; y si fuese positiva, cuál sería el volumen permisible de ser extraído.

La decisión finalmente será tomada por la autoridad política; pero el informe científico no puede evadir responsabilidades en forma tan abierta al no emitir una recomendación apropiada.



A continuación 3 comentarios referidos al informe, procedentes de 3 fuentes 

Pesqueros de Ley 26920 no aceptan reducción de biomasa de Anchoveta

Cuestionan evaluaciones científicas para determinar stock, por carecer de método adecuado frente a las variaciones oceanográficas.

Los últimos resultados presentados por Imarpe en el informe de evaluación del stock norte centro de la Anchoveta peruana a setiembre 2015, que indican un stock de 3.38 millones de toneladas de Anchoveta, de la cual se desprende un 41% de biomasa juvenil, además de 2 millones de toneladas de biomasa desovante, son el resultado de subestimaciones a través de un método acústico, que no se ajusta a las condiciones anormales que presenta en nuestro Mar” sostuvo a PERUPESQUERO, el asesor legal de la Asociación Nacional de Armadores Pesqueros, Cristóbal Sandoval Peralta.

Según el abogado existe un claro “boicot” en contra de los hombres de Mar, pues resulta sospechoso que el Imarpe muestre un informe de investigación donde no se tome en cuenta el balance poblacional sobre los resultados del crucero de verano, esto a pesar  que tiene mayor fiabilidad, respecto a la real biomasa ya que dio 9.4 millones de toneladas.

Por el contrario, indicó, Imarpe ahora se basa en mediciones sobre condiciones anormales, cuyos resultados son negativos, dejando entrever que dichas estimaciones tengan sesgos como ocurrió en el 2014, que se dejó de pescar. “El método acústico en estas condiciones oceanográficas anómalas no son plenamente confiables, y sabiendo eso Imarpe lo utiliza, ¿por qué no se usa el balance o modelo poblacional?, ¿cuál es la diferencia entre los procedimientos acústico y poblacional?, sostiene.

Empero, recordó, que en años anteriores, con abundancia de biomasa según crucero de 4 a 4.5 millones de toneladas, la cuota fue de 2 millones toneladas, resultado en el siguiente crucero una medición de 8 a 11 millones de toneladas, lo que demostró que en esos momentos el ente científico aplicó un análisis poblacional, que permitió otorgar cuotas de 2 millones. Procedimiento que fue validada al finalizar la temporada hasta 11 millones de toneladas, como fue el caso a inicios del 2009, manifiesta Sandoval Peralta.

Además, dijo, que no era la primera vez que los armadores de la flota industrial de madera de la Ley 26920, cuestionan los informes científicos de Imarpe, agregando, que desde el 2011, fecha que German Vásquez Solís ingresó a este organismo a pesar de existir una sostenibilidad mundial de los recurso, los resultados de los cruceros han sido conservadores y no guardan relación con la realidad de la pesquería de Anchoveta.

Ministro y Viceministro con infarto.

Sandoval detalló, que durante la reunión sostenida ayer en Produce, el Ministro de la Producción Ghezzi y Viceministro de Pesquería ofrecieron su deseo de solucionar el problema, incluso propusieron una pesca exploratoria y un nuevo crucero. “Realizar un nuevo crucero significa tomar otros dos meses y mientras tanto ya tenemos al fenómeno de El Niño en todo nuestro Mar, nos dicen que la Anchoveta corrió al sur, pero sabemos que en esa zona nadie pesca, pero si en el Callao, Sechura y Chimbote. Que el recurso se pegó a la costa, eso ya lo sabemos, pero que no nos digan que se redujo la biomasa, porque ese informe no está completo, además, como vuelvo a repetir, el método no es el adecuado”, indicó.

“Mañana habrá otra reunión en Produce, esperemos que nos den buenas noticias, sabemos que el desove del recurso ya se normalizó. No vamos a permitir otra situación igual que el 2014, esta vez vamos hacer valer nuestro derecho al trabajo, sobretodo protegeremos nuestra inversión, eso no quiere decir que no respetemos la sostenibilidad de la especie”, finalizó el abogado.

Fuente

No habría segunda temporada de pesca de anchoveta este año

Informe del Imarpe subraya que la biomasa observada es la mitad de la esperada, debido al efecto de El Niño, por lo que resulta “insuficiente” para estimar una cuota de pesca. Especialista Juan Carlos Sueiro estima que ya no habría pesca de anchoveta hasta abril del 2016.

Este año no habría segunda temporada de pesca industrial de anchoveta en la zona centro-norte de la costa, la principal del país. El reciente informe de observación del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), entregado el pasado viernes al Ministerio de la Producción (Produce), concluye que el nivel de biomasa detectada es mucho menor a la esperada, por lo que el nivel resulta “insuficiente” para estimar una cuota de pesca de segunda temporada.

El informe del Imarpe señala que la biomasa del stock de anchoveta a setiembre en la zona centro-norte es de 3.3 millones de toneladas, menor en 48% a la biomasa esperada de 6.4 millones. La biomasa observada “es una cifra comparable a la registrada durante el segundo semestre del año 2014”, subrayó el Imarpe. Cabe recordar que el año pasado tampoco se abrió la segunda temporada de pesca.

“Los resultados del crucero demuestran que la ocurrencia de El Niño -de magnitud fuerte- actualmente en curso, ha alterado el stock norte-centro de la anchoveta”, señala el Imarpe.

El Niño calentó las aguas y alejó a la anchoveta. “Se ha observado la disminución de la biomasa observada, cambios en la distribución espacial del stock, retraso en el proceso de desove y la disminución del nivel de bienestar de los individuos”, agrega el informe.

Asimismo, informa que el 41% de la biomasa observada es juvenil “quedando aproximadamente 2 millones de toneladas como biomasa desovante, nivel insuficiente para la estimación de una cuota”, sostiene el Imarpe.

“Considerando la actual situación se recomienda intensificar el monitoreo a partir de nuevas observaciones en el mar”, concluye el documento.

En base al informe del Imarpe, se espera que en los próximos días Produce tome la decisión oficial sobre la apertura o no de una segunda temporada de pesca.

Esperar hasta abril del 2016

Al respecto Juan Carlos Sueiro, Director de Pesquerías de la ONG Oceana Perú, refirió que tras conocerse el informe del Imarpe lo más probable es que Produce decida no abrir la segunda temporada de pesca, pues por ley este ministerio está obligado a tomar sus decisiones en base al informe científico del Imarpe.

“La biomasa mínima que se requiere para abrir una temporada de pesca no está, y por lejos. La biomasa desovante observada es de 2 millones y el mínimo que se requiere es de 4 a 5 millones”, subrayó el especialista.

Asimismo, refirió que de no abrirse la segunda temporada de pesca, la próxima temporada se daría en abril, lo cual representaría el inicio de la primera temporada del 2016.

“No se puede abrir en enero o febrero (del 2016) pues nunca en esas fechas hay temporada de pesca ya que empieza el periodo de desove de verano y habría que esperar a abril, como sucedió el año pasado”, apuntó Sueiro.

José Carlos Reyes
jose.reyes@diariogestion.com.pe

Fuente


¿HABRÁ ANCHOVETA PARA UNA SEGUNDA TEMPORADA DE PESCA?
Tras el estudio realizado, Imarpe todavía tiene dudas sobre el estado de la anchoveta y será necesario un nuevo estudio.
¿Habrá anchoveta? La respuesta todavía no es contundente. El Instituto del Mar de Perú (Imarpe) deberá realizar más estudios a fin de determinar si existen las condiciones para abrir una segunda temporada de pesca de anchoveta en el Perú, la que debería empezar entre fines de octubre y noviembre.

En su crucero de estudio de las condiciones existentes en el mar peruano, el Imarpe encontró que existen 3,4 millones de toneladas de anchoveta desobante, sin embargo, la cantidad estimada podría ser mayor.

La cifra es importante debido a que, antes de aprobar una temporada de pesca, el Imarpe tiene una regla que cumplir: Que haya como mínimo 4 millones de toneladas de anchoveta desovante en el mar.

Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), gremio que agrupa a las empresas pesqueras, consideró importante que Imarpe realice mayores estudios para determinar la cantidad de anchoveta existente.

Explicó que el crucero del Imarpe utiliza el método acústico para determinar la masa de anchoveta en el mar, pero que dicho método ha resultado ser no muy confiable en invierno, y más aún esta vez.

"Justo cuando se hizo el estudio entró al mar peruano una onda Kelvin que calentó las aguas y ahuyentó a las anchovetas", dijo a El Comercio. "El método acústico no es fiable, siempre arroja una diferencia de 3 millones de toneladas por debajo", aseguró la presidenta de la SNP.

Conterno sostuvo que según estudios de balance poblacional, se estima que actualmente hay en el mar 6,8 millones de toneladas de anchoveta.

La anchoveta es el principal recurso pesquero del país y de él depende la fabricación de harina de pescado.

"Es importante que el Imarpe realice más estudios. Nosotros hemos puesto embarcaciones a su disposición para realizar un nuevo estudio, con pesca exploratoria, que permita determinar el estado del recurso", dijo Conterno de la SNP.

El Perú es el mayor productor de harina de pescado del mundo. El año pasado la producción fue escasa debido a la ausencia del recurso.

Conterno estima que la temporada de pesca podría determinar que el crecimiento del PBI del Perú se incremente en un punto porcentual.

En la primera temporada de pesca de marzo se capturó abundante recurso que hizo que la producción de harina de pescado aumentara.

Juan Vargas Sánchez
Fuente
http://elcomercio.pe/economia/mercados/habra-anchoveta-segunda-temporada-pesca-noticia-1846515

sábado, 3 de octubre de 2015

QUE ESPERA LA PESCA PERUANA PARA EL 2016

La pesquería peruana se ha centrado, desarrollado y regulado en los últimos años en función de la industria harinera basada en la anchoveta. Analizada por volúmenes de extracción, la pesquería peruana califica desde entonces como monoespecífica, lo que la hace vulnerable a cualquier cambio climático u oceanográfico.
La cuota anual de captura de anchoveta se viene determinando en función del sostenimiento de la propia especie sin considerar su contribución al resto de especies en el ecosistema.

La anchoveta constituye el recurso forraje de las diversas especies predadoras y que son principalmente aquellas de mayor interés para el consumo humano. Su extracción intensiva tiene consecuencias desequilibrantes en el ecosistema puesto que disminuye la disponibilidad de alimento para las especies que se sirven de ella.

La extracción de la anchoveta hasta el límite de su sostenibilidad ha afectado seriamente la estructura trófica reduciendo la productividad del sistema hidrobiológico en el mar peruano. Como consecuencia se producen externalidades negativas en el ámbito social y ambiental cuyo costo lo asume indebidamente la Nación.

El Estado recauda insuficientemente del sector pesquero en general y por tanto no tiene capacidad para cumplir cabalmente su papel de Administrador Pesquero de sus recursos naturales mediante programas de investigación, monitoreo, control y supervisión indispensables para el manejo sostenible de los recursos.

El DL 1084 que impone límites máximos de captura por embarcación ha conducido a la racionalización de las capturas de esta pesquería y ha mejorado la eficiencia de la industria, la cual deberá aportar mayores recursos económicos al país, de los que actualmente aporta.

Las biomasas de las diversas especies destinadas al consumo humano se han reducido, lo que ha obligado al poblador costero pescador a exacerbar sus esfuerzos sobre juveniles y a reorientarse ilegalmente hacia el recurso anchoveta, agravando aún más el desequilibrio y el estado de pobreza del sector.

Las evidencias hacen presumir que el manejo de la extracción pesquera no garantiza la sostenibilidad de un sinnúmero de recursos importantes para la sociedad y para el equilibrio del ecosistema. El impacto sobre los recursos marinos y costeros se hace cada vez más evidente, pudiendo exceder  la capacidad de carga de los mismos.

La riqueza infinita del mar peruano no es más que un mito. Este error de percepción promueve un irrefrenable incremento del esfuerzo pesquero y confunde además a la opinión pública haciendo más ardua la labor de regulación. Los beneficios económicos del sector pesquero marítimo alcanzan a una fracción mínima de la población costera involucrada.

El mar peruano fue muy rico y abundante para la pesca, hoy ya no lo es. Podrá volver a ser abundante si administramos mejor la pesquería. La capacidad actual para realizar esfuerzo pesquero de extracción del pescador peruano supera  los límites de sostenibilidad. La capacidad de dar empleo digno y sostenido en extracción está inexorablemente ligada al volumen de captura permisible a lo largo del año, la cual no puede ser infinita. Los volúmenes de recursos pesqueros naturales no aumentan a la par que crece la población vinculada a la extracción. Los recursos pesqueros no aumentan en función a la demanda.

Un ecosistema en equilibrio natural es una realidad que primó desde los orígenes de la evolución de la vida en el planeta hasta el  pasado reciente (no más de 80 años atrás) Las más diversas especies existían en abundancia y en equilibrio regidas bajo la regla presa-predador. Las especies se sirven unas de otras como alimento. La demanda del hombre costero por pescado estaba satisfecha y no irrogaba desequilibrio.

Un ecosistema en desequilibrio por actividad pesquera constituye la realidad actual. Está provocado por la mecanización y masificación de la captura de especies marinas y por la deficientemente regulación y la ausencia de difusión de la realidad pesquera. Ello conduce a desórdenes de orden económico y social, al empobrecimiento del mar y a la frustración de los actores de la pesquería.

Se espera un ecosistema en equilibrio con actividad pesquera como el objetivo principal de la Administración Pesquera, que autoriza la extracción racional de una porción de biomasa de cada nivel trófico, privilegiando la cautela de ciertas especies y el sacrificio de otras en beneficio del hombre.

Se espera que antes de introducir mayor esfuerzo pesquero al sistema, la autoridad científica proporcione el conocimiento técnico necesario para la formulación de políticas, la toma de decisiones y la elaboración de planes, los que deben tener como principal consideración el manejo sostenible de los recursos y la recuperación del medio ambiente marino y costero. Es la única forma de desarrollar un método de gestión que permita armonizar los valores culturales, económicos y ambientales y  equilibrar la protección ambiental y el desarrollo económico de las zonas costeras.

Se espera que la promoción de nuevas pesquerías y/o el aumento del esfuerzo pesquero estén fundamentados en una sólida base de conocimiento derivada del trabajo científico y riguroso. La investigación científica es pieza clave como generador primario de información relevante para emprender acciones bien sustentadas en torno al manejo adecuado del mar y de las zonas costeras.

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de  su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

El recurso pesquero tiene la cualidad de renovable, pero no de inagotable ni de infinito.

El hecho es que hoy hay menos peces que antes. El hecho es que la pesca de otras especies que no sean anchoveta ha disminuido a niveles notorios, sin que medie explicación oficial. Ya no hay meros, corvinas, congrios, cabrillas, etc. como antes. La información estadística oficial no refleja esta situación dado que solamente se centra en 16 principales especies ignorando al resto de las especies costeras capturadas por la pesquería artesanal.

Los pescadores artesanales, que antes capturaban estas y otras especias a poca distancia de sus poblaciones, hoy se han visto obligados por la necesidad, a convertirse en pescadores de altura sin tener la preparación ni el equipamiento apropiado que se aventuran a veces hasta las 200 millas en busca de especies sustitutas a su pesquería tradicional, como el perico. El cual se empieza a capturar aun cuando su talla es pequeña. No hay control al respecto.

La verdad es que los volúmenes que antes existían de otras especies ya no son los mismos. Ya no es rentable pretender vivir de su captura. Este es el escenario de vida del poblador costero. Una ilusión de pesca de anchoveta que no les genera empleo sostenido durante todo el año, forzándolos a convertirse en supervivientes laborando en cualquier empleo temporal. Pérdidas más frecuentes de embarcaciones porque los escasos días de pesca restan práctica y destreza a los patrones.

El desarrollo del sector pesquero peruano está asociado a la disponibilidad de los recursos pesqueros, niveles de captura, la producción, la venta al mercado interno y la exportación así como a la evolución de los eventos El Niño. Por ello se espera que se regulen debidamente.

Se espera que  política del sector pesquero consolide a la actividad pesquera como uno de los principales elementos de la alimentación nacional, privilegiando el mercado interno antes que el externo.

Se espera que se incremente el consumo interno a través de  la promoción de anchoveta y pota, dado que constituyen las especies más abundantes; se ordene la actividad artesanal y se eleve la calidad de vida de los pescadores; se impulse la acuicultura de especies filtradoras; y se fortalezca la gestión institucional con funcionarios íntegros, con experiencia en el sector, con visón de largo plazo, con criterio propio e independencia en relación a los intereses de los administrados.

Se espera que cese la subordinación de los funcionarios a intereses comerciales, desterrando la designación por presión y/o manipulación de los lobistas que tradicionalmente vienen manejando el sector pesquero.

Las autoridades de pesquería, si bien es cierto necesitan concertar con todos los actores de la pesquería,  deben hacerlo sin subordinación ni dependencia hacia nada que no sea el interés nacional plasmado en un plan de gobierno. Se espera que la influencia de la industria ceda lugar a un esquema de concertación con pleno respeto e independencia de funcionarios, los cuales necesariamente tienen que conocer el sector y tener claramente definidos los objetivos estratégicos que más le convienen al país.

La actividad pesquera descansa sobre la existencia de recursos pesqueros, por tanto el primer objetivo es garantizar la sostenibilidad de los mismos. Para garantizarla  es preciso contar con un eficiente sistema de prevención y mitigación de los impactos a los que está expuesto el ecosistema por efectos naturales, de tal forma que la operatividad de la infraestructura y de la cadena de valor sufra las menores consecuencias por el menor tiempo posible.

Se espera el fortalecimiento del sistema científico y oceanográfico, el cual debe priorizar los estudios biológicos y socio económicos de los recursos, áreas y épocas de reproducción, tallas y edad de los mismos, el conocimiento de los stocks disponibles, renovación de poblaciones, impacto de la mortalidad antropogénica y natural y la influencia de las variaciones oceanográficas, principalmente en áreas costeras.

Se espera, en atención a esta necesidad, una nueva ley para el Instituto del Mar que le proporcione autonomía administrativa y que pueda ser dirigido por científicos de prestigio internacional.

El efecto de impactos climáticos, oceanográficos, naturales (que son impredecibles) y mortalidad antropogénica, impone un enfoque precautorio que obliga a reducir el esfuerzo pesquero por lo cual es se espera que se actúe en ese sentido, lo que conlleva a la necesidad de definir cuotas anuales globales de extracción por especie.

Se espera un sistema regulatorio adecuado que abarque a todas las especies en explotación comercial y que no tenga el enfoque orientado a un solo recurso.

Marcos Kisner Bueno

La propuesta completa de un plan de administración pesquera en:


https://www.yumpu.com/es/document/view/52788229/propuesta-de-politica-pesquera-peru


lunes, 28 de septiembre de 2015

Revista Pesca Octubre 2015: Editorial

El primer objetivo de una política pesquera debe ser asegurar la SOSTENIBILIDAD DE LAS PESQUERÍAS. Lo cual pese a ser una afirmación simple, implica una serie de actividades, procedimientos y acciones de diferentes grados de complejidad. En ese sentido si los esfuerzos de la administración se concentrasen en este objetivo, se generarían todas las acciones colaterales que provean los insumos necesarios para cumplirlo.

El segundo objetivo de la política pesquera debiera ser: ASEGURAR LA CALIDAD AMBIENTAL DE LA ACTIVIDAD PESQUERA Y ACUICOLA. Las plantas de procesamiento deberían reducir el vertido de contaminantes al mar a un 0%. Los Límites máximos permisibles actuales son demasiado generosos en algunos casos y en otros ni siquiera existen, como es el caso de la industria de CHD. De igual forma debería actuarse sobre los contaminantes atmosféricos. Las embarcaciones pesqueras de cualquier tonelaje deberían detener el vertido de contaminantes al mar, bien sea en bahía o mar adentro. Incluye residuos oleosos, combustible, basura y aguas sucias.

Debería perfeccionarse las medidas de control y normatividad existentes, fomentando la contribución de la Sociedad Civil y/o agentes vinculados con el sector pesquero a la conservación ambiental.

Debe insistirse con el MINAM la definición de los LMPs para la industria de CHD y los DPAs y los ECAs para el sector, fiscalizando la aplicación de los LMPs a los PAMAs. Se debería identificar, calificar y gestionar los pasivos ambientales pesqueros y coordinar con los demás sectores la mitigación de los impactos de actividades conexas (saneamiento, industria y minería)

El tercer objetivo debiera ser: FORTALECER EL ORDENAMIENTO DE LAS ACTIVIDADES PESQUERAS, debiendo  imponerse el pago por derechos de extracción a todas las pesquerías que realizan esfuerzo pesquero comercial. Deberían revisarse todos los reglamentos de ordenamiento pesquero existentes, actualizando o perfeccionando aquellos que fuese necesario y procurando gestionar formas de ordenamiento para todas las especies marítimas y continentales, determinando cuotas anuales de captura impidiéndose el ingreso de nuevos actores al escenario de la extracción.

Es necesario el mejoramiento del proceso del proceso administrativo sancionador; la elaboración de un Reglamento de Ordenamiento pesquero de todas las especies que son extraídas por la pesca artesanal; la revisión de la contribución por concepto de derechos de pesca y de los derechos por el aprovechamiento de las concesiones acuícolas;  coadyuvar al ordenamiento territorial de la zona marino costera y promover la implementación de la trazabilidad y las denominaciones de origen.

Debería designarse directores y funcionarios independientes, con experiencia y criterio propio que no respondan consignas de patrocinador alguno, si es que se quiere hacer una reforma y una gestión en beneficio del país y no de ciertos intereses.

Las poblaciones de peces son recursos renovables; pero solamente si se tiene cuidado de permitirles renovarse, podrán explotarse indefinidamente. Por ello se impone una ordenación, lo que significa que las cantidades capturadas deben mantenerse dentro de los límites ecosistémicos definidos científicamente. Las pesquerías deben regularse para que sean sostenibles.

La revista Pesca, en su mes aniversario cuando cumple 55 años de existencia, presenta su visión de política pesquera para el próximo quinquenio.

Marcos Kisner Bueno

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a OCTUBRE 2015.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y  del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.


Se puede leer en formato revista en el siguiente link

viernes, 25 de septiembre de 2015

La nueva agenda de desarrollo sustituye a los objetivos del milenio

Gobernantes de todo el mundo han aprobado este viernes los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 17 grandes metas que guiarán durante los próximos 15 años la lucha contra la pobreza, las desigualdades y el cambio climático.

El papa Francisco y líderes de más de 150 países se han dado cita en la sede de Naciones Unidas para refrendar estos objetivos, que se han dado a llamar Agenda 2030 y que son el resultado de tres años de discusiones y negociaciones en casi todos los rincones del planeta.

La nueva agenda de desarrollo sustituye a los Objetivos del Milenio, cuyo ciclo se cierra este año con gran éxito en áreas como la reducción de la extrema pobreza, pero lejos de cumplir otras metas e incapaces de frenar la desigualdad en el mundo.

El fin de estos objetivos es ofrecer una 'hoja de ruta' para que los países financien y elaboren políticas gubernamentales en los próximos 15 años con objetivos que serán analizados y revisados empleando toda una serie de indicadores globales que se acordarán para marzo de 2016.

Ban Ki-moon: "Estamos en un momento decisivo en la historia de la humanidad"

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha celebrado la aprobación de la nueva agenda global de desarrollo y ha asegurado que se ha llegado a "un momento decisivo en la historia de la humanidad".

"La población del mundo nos ha pedido alumbrar un futuro de promesa y oportunidad. Los Estados miembros han respondido con la agenda 2030 para el desarrollo sostenible", ha dicho Ban en una intervención ante los gobernantes del mundo, donde ha añadido que se trata de una "visión universal, integrada y transformadora para un mundo mejor".

Los compromisos, negociados durante años, afectan tanto a los países ricos como a los pobres y tienen como eje central erradicar la pobreza extrema.

El papa Francisco firma en el libro de invitados junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon durante su visita a las Naciones Unidas. El papa Francisco firma en el libro de invitados junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon durante su visita a las Naciones Unidas.

Poner fin a la pobreza más grave, principal meta hasta 2030

Concretamente, el plan fija la meta de acabar de aquí a 2030 con la pobreza más grave, en la que figuran todos aquellos que viven con menos de 1,25 dólares al día, y la de reducir a la mitad el número de personas que sufren la pobreza, medida en función de las definiciones que aplica cada país.

El nuevo plan profundizará también en otras áreas que han registrado grandes progresos en los últimos años, como la lucha contra el hambre, la educación y la sanidad.

Entre los objetivos figura lograr que en quince años todo el mundo tenga acceso a suficientes alimentos y se haya acabado con la malnutrición o que todos los niños completen estudios primarios y secundarios.

También hay metas ambiciosas para reducir la mortalidad materna e infantil, acabar con la epidemia del sida y facilitar a todo el mundo el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

Pero pretende responder también a aquellas áreas en las que los Objetivos del Milenio han fracasado, y empieza por el problema de la desigualdad.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible

1. Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.

2. Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible.

3. Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos para todas las edades.

4. Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

5. Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.

6. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.

7. Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos.

8. Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos.

9. Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación.

10. Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos.

11. Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles

12. Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles.

13. Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota de los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).

14. Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible.

15. Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica.

16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

17. Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Fuente

miércoles, 23 de septiembre de 2015

AUN ES INSUFICIENTE PARA DETENER LA CONTAMINACION MARINA EN CHIMBOTE

“Las empresas pesqueras son sindicadas como las principales responsables de la destrucción de la fauna pesquera en la bahía de Chimbote, ello como consecuencia de la descabellada y criminal actitud de convertirla en su sumidero industrial al arrojar a las aguas marinas miles y millones de efluentes que son evacuados tras su proceso productivo de fabricación de harina y aceite de pescado.

Esta actividad la han realizado de manera impune a lo largo de décadas y terminaron por destruir lo que era una hermosa playa de carácter turístico hasta antes de la década del 60, razón por la cual la ley determinó que deberían cesar estas actividades y emplazó a las pesqueras a implementar sistemas de tratamiento de efluentes y de evacuación industrial de aquellos que los lleven varios kilómetros mar afuera, lo cual solo se puede conseguir a través de un emisor submarino.

Después de muchos años, después de habérseles otorgado reiterados plazos y de las maniobras de las grandes corporaciones a través de lobbys en el otrora Ministerio de Pesquería, hoy convertido en Ministerio de la Producción, ha llegado el momento de implementar los apremios y apercibimientos de la ley para exigir a los empresarios que se adecuen al procedimiento de tratamiento y eliminación de sus efluentes.

Los plazos se vencieron en diciembre pasado, para los empresarios se prolongó hasta el 28 de abril gracias a una interpretación que ellos mismos hicieron y finalmente no cumplieron, por ello es que desde hace varios meses la ciudadanía y las organizaciones ambientalistas vienen exigiendo a las autoridades que de una buena vez apliquen la ley y no sigan permitiendo que el mar de Chimbote siga siendo el desagüé industrial de estas plantas industriales que albergan una de las actividad más lucrativas del país.

Por ello es que no ha sorprendido a muchos que los representantes de la Municipalidad, la OEFA, la Capitanía de Puerto y la Policía Ecológica, pongan en marcha un operativo madrugador para clausurar los buzones artesanales y clandestinos, así como las pozas de recuperación de aceites que tienen estas plantes pesqueras a lo largo de la orilla de la playa del sector industrial del 27 de octubre.

Fueron 65 de estos buzones y pozas los que se clausuraron arrojando sobre ellos toneladas de concreto para impedir que se sigan lanzando al mar los desechos industriales de las plantas pesqueras, así como para se acumulen los restos de aceite de pescado que se recupera al aire libre, lo que convierte toda esta zona en lugares nauseabundos y pestilentes que perjudican a los vecinos de pueblos aledaños en la medida que estos atraen moscas, insectos, roedores y una criminal contaminación ambiental.

Posteriormente, la Gerencia de salud ambiental de la comuna provincial, que encabezó el operativo inicial, retornó al lugar y clausuró otras 18 instalaciones clandestinas de este mismo tipo para consolidar el trabajo que forma parte de las acciones que han emprendido las autoridades para exigir a las plantas pesqueras que se sumen al emisor submarino que, según se ha dicho, ya se encuentra en funcionamiento.

Esta es la otra parte de este álgido problema que nadie entendía por qué se permitían tantas concesiones y licencias a las empresas pesqueras, pues fue un numeroso grupo de ellas las que promovieron la construcción del emisor submarino a través de la entidad conocida como Aproferrol, la misma que recaudó las iniciales aportaciones de las empresas pesqueras y adquirió los materiales así como contrató a la empresa encargada de instalar el ansiado emisor.

Lamentablemente, como ya es de dominio púbico, la diferencias al interior de este organismo, impidieron que los trabajos concluyan en los plazos que estaban dentro de los que había autorizado el Ministerio de la Producción, sin embargo, ante la necesidad de adecuarse a la ley antes de ser sancionados, algunos empresarios promovieron la finalización de los trabajos de tal suerte que la gerencia de Aproferrol ha comunicado que el emisor submarino ya se encuentra en funcionamiento a pesar que no ha revelado cuantas empresas se han adherido a este sistema ideal para la evacuación de sus efluentes industriales.

Sea como fuera, no había razón alguna para que seguir permitiendo que las empresas pesqueras sigan arrojando sus efluentes al mar, estos buzones son en realidad una suerte de canaletas que llevan los desechos industriales directamente a la bahía, allí mismo se ubican las pozas de recuperación de aceite de pescado, una suerte de colador que en el sector pesquero se le conoce como borra y finalmente se traslada a las plantas de refinación de este producto para su posterior comercialización, empero, en el lugar, es decir, en la cabecera de playa se deja una verdadera inmundicia.

Con esta medida la Municipalidad como las autoridades ambientales están advirtiendo a los empresarios que ya no pueden seguir arrojando sus efluentes al mar y que, de acuerdo al PACPE, deben evacuarlos previo tratamiento en las plantas que ya deben haber instalado en sus centros fabriles y arrojarlos por el emisor submarino.

Sin embargo, se desconoce hasta la fecha cuantas pesqueras se han adecuado a este sistema de evacuación industrial, la fractura registrada al interior de Aproferrol no ha permitido que los medios de comunicación tengan acceso a mayor información y hasta donde se recuerda el Grupo Técnico Supervisor del PACPE no se ha vuelto a reunir en nuestra ciudad a pesar que se encuentra pendiente este tema de infracción de las plantas industriales.

Es evidente que el propósito de las autoridades es detener, de una buena vez, la impresionante contaminación que siguen promoviendo las empresas pesqueras, lo que no se llega a entender son los motivos por los cuales no aplican la norma que castiga a los malos empresarios con la cancelación de la licencia de operaciones en caso se mantengan rebeldes al nuevo sistema de evacuación industrial.

Creemos que ha llegado el momento de emplazar a los empresarios del sector pesquero, estamos casi seguros que a pesar que les han clausurado los buzones y las pozas de recuperación encontrarán otra manera ilegal y barata de seguir lanzando sus desechos al mar, de allí que aun cuando ha sido encomiable el accionar de las autoridades ambientales es aún insuficiente, si no ejecutan los apercibimientos será difícil que se consiga algo efectivo en este tema. Esperemos que ya pisen el acelerador”

Fuente
http://www.diariodechimbote.com/portada/editorial/82682-editorial--aun-es-insuficiente-

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El caso de los recursos pesqueros


"Los recursos pesqueros constituyen un ejemplo clásico de un SES complejo sistemas social-ecológicos (SES por su sigla en inglés). Dicha complejidad ha impedido que la mayoría de los recursos pesqueros mundiales hayan sido extraídos en forma sostenible a largo plazo (Branch et al., 2011; Pitcher y Cheung, 2013; Watson et al., 2013; Pontecorvo y Schrank, 2014). 
En efecto, reportes recientes (FAO, 2014a) indican que el 29 por ciento de los recursos marinos se encuentran sobreexplotados o colapsados, y el 71 por ciento están plenamente explotados (61 por ciento) o sub-explotados (10 por ciento). Es importante reconocer que los recursos plenamente explotados no admiten incrementos de las capturas, por lo cual un incremento del esfuerzo no es deseable. La sobreexplotación no solamente ha afectado a las especies objetivo, sino también a aquellas capturadas incidentalmente y a su hábitat. Aún cuando los planes de manejo han mejorado ostensiblemente a través del tiempo, gracias a la obtención de series de tiempo prolongadas y a la elaboración de modelos sofisticados, muchos recursos pesqueros críticos han sido inevitablemente sobreexplotados, llegando incluso a niveles cercanos a su colapso (Worm et al., 2009; Branch et al., 2010; Pitcher y Cheung, 2013). En este contexto, si bien se demostró que el acceso abierto o irrestricto a los recursos pesqueros generaba un fracaso en su óptima asignación y llevaba finalmente a su sobreexplotación y disipación de los beneficios económicos derivados de la actividad (Seijo et al., 1998), la asignación de derechos de propiedad ha atenuado tan solo en parte los problemas de sobreexplotación y colapsos pesqueros.
Los recursos pesqueros constituyen SES complejos cuyo manejo se dificulta por la complejidad inherente a cada subsistema y por las numerosas fuentes de incertidumbre que los afectan. En un SES pesquero, el ecosistema del recurso (p. ej. zona costera), las unidades de recurso (p. ej. almejas, corvinas), los usuarios (pescadores) y el esquema de gobernanza (organizaciones, reglas, leyes y decretos que rigen la pesca) son relativamente separables pero interactúan, afectando no solo a los componentes de dichos subsistemas sino al sistema como un todo. Por ejemplo, la actividad pesquera industrial en mar abierto afecta la disponibilidad del recurso a la flota artesanal que opera en lagunas costeras y viceversa. Esto produce externalidades, es decir, efectos externos no contabilizados por el pescador que lo genera, pero que afectan a otros usuarios del recurso.
El marco teórico simplificado de la estructura de un sistema pesquero incluye los subsistemas “recurso”, “usuarios” y de “manejo” (Seijo et al., 1998; Defeo et al., 2007). Estos subsistemas tienen idiosincrasias que cambian de una pesquería a otra y de un lugar a otro (incluso dentro de una misma pesquería).
El subsistema de recursos incluye: a) el ciclo de vida de la especie (incluida la biología de la reproducción, reclutamiento, crecimiento y mortalidad); b) factores ambientales que afectan la abundancia y distribución espacio-temporal de las especies; y c) interdependencias ecológicas. El subsistema de los usuarios de los recursos incluye las flotas que operan en la pesquería, su dinámica espacial, la composición de la captura (incluyendo diferentes especies o componentes de la población y curvas de selectividad), y las funciones económicas. El subsistema de manejo (o gestión) capta toda la compleja dinámica de los dos primeros subsistemas, más fuerzas externas, tales como mercados, la política, los grupos de presión e intereses sociales. También incluye formas de intervención, desarrollo institucional, criterios de selección de las estrategias de manejo, aplicación de mecanismos y la forma de lidiar con múltiples criterios en la selección de instrumentos de manejo. La naturaleza intrínseca del sistema pesquero varía en función de diferentes historias de vida, prácticas de captura, y de las opciones de gestión. De este modo, la interacción de los tres subsistemas produce el comportamiento único del sistema global (Defeo et al., 2007).
El mar es en términos generales un bien público donde cualquier miembro de la sociedad tiene igualdad de condiciones para acceder y apropiarse de los recursos naturales que se encuentran en él.
El acceso abierto a los recursos pesqueros constituye una condición necesaria y suficiente para la sobreexplotación de los recursos y el colapso de pesquerías, generando lo que en el ámbito de manejo de recursos naturales se ha dado en llamar “la tragedia de los comunes”. Por ello es necesario establecer medidas de manejo pesquero que lleven a una explotación sostenible a largo plazo.
El enfoque ecosistémico, relevante a todos los recursos naturales en general y a los pesqueros en particular, busca lograr dicha explotación sostenible. 
Los párrafos anteriores mostraron el innegable rol que juega la gobernanza en el manejo de recursos naturales, incluyendo los pesqueros, como parte crítica y estratégica para la consecución de la sustentabilidad en SES complejos. Mediante la gobernanza se intenta asegurar tanto el bienestar humano y la equidad social como el buen funcionamiento y equilibrio del ecosistema en el cual se explotan los recursos contenidos en éste. Esto es especialmente importante en pesquerías de pequeña escala, donde las aproximaciones verticales (“top-down”) de gobernanza no han funcionado satisfactoriamente en la mayoría de los casos. Por tanto, se ha incrementado la percepción de la necesidad de una activa participación de los usuarios en la toma de decisiones para mejorar la crítica situación de los recursos explotados en pequeña escala por comunidades costeras y de aguas continentales.
Los conceptos recientes sobre teoría pesquera muestran la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para garantizar el acceso de las comunidades pesqueras en pequeña escala a los recursos, fortaleciendo los sistemas de derecho pesquero y otorgándoles a dichas comunidades una mayor responsabilidad en la toma de decisiones. En este contexto, existe una tendencia creciente a nivel mundial dirigida a fortalecer el derecho de uso, acceso y propiedad de los pescadores de pequeña escala, de tal manera de crear incentivos para una administración responsable. Este enfoque es ideal si se combinan aspectos de manejo de los recursos con la conservación de los ecosistemas que contienen a dichos recursos, en una clara visión a largo plazo, idealmente bajo una política de Estado que permita construir una voluntad política en todos los niveles.
Esto implica que las comunidades pesqueras deben constituir parte de la columna vertebral en el desarrollo socioeconómico y en el cuidado de los servicios prestados por los ecosistemas. La FAO ha desarrollado en las directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala (FAO, 2012), disposiciones específicas sobre la gobernanza y derechos de propiedad en este tipo de pesquerías. Entre otros aspectos, estas directrices buscan mejorar la gobernanza de la pesca de pequeña escala y promover una utilización sostenible de los recursos, particularmente en el marco de un enfoque ecosistémico pesquero (EEP) donde la FAO ha jugado un papel protagónico.
Estas directrices pueden convertirse en una poderosa herramienta para mejorar la gobernabilidad, es decir, la calidad de la gobernanza, y lograr el desarrollo sustentable del sector con equidad intergeneracional. El apoyo para su aplicación requiere esfuerzos concertados, un importante desarrollo organizacional y el fortalecimiento de las capacidades en todos los niveles.
En los conceptos previamente vertidos radica la filosofía de este documento: no es posible desarrollar un EEP sin la participación de los usuarios, no como meras figuras decorativas en un esquema escrito en papel, sino como un componente crucial en la gobernanza de los recursos. Es por ello que este documento enfatiza el EEP y el co-manejo como modo de gobernanza ideal para alcanzar los objetivos perseguidos de sustentabilidad. En el Capítulo 2 se articula el concepto de sistemas pesqueros como SES complejos (desarrollado en el presente Capítulo) con el EEP, destacando el papel del hombre como elemento clave en su desarrollo y la participación de los usuarios en la gobernanza de los recursos. El Capítulo 2 desarrolla además definiciones y conceptos teóricos básicos del EEP para luego incluir aspectos prácticos que van desde su implementación hasta la evaluación del desempeño de un plan de manejo bajo un EEP. 
Uniendo los conceptos desarrollados en los Capítulos 1 y 2, el Capítulo 3 desarrolla el co-manejo como modo de gobernanza idóneo en pesquerías en pequeña escala a efectos de implementar un EEP. Se destaca la necesidad de consolidar este modo de gobernanza en la medida en que el EEP supone una consulta continua a los actores principales desde el momento mismo de su gestación. Asimismo, este modo de gobernanza va de la mano de Acuerdos Internacionales y del Código de Conducta para la Pesca Responsable de FAO, que enfatiza la necesidad de cambios en los enfoques de gestión. Se aportan definiciones y tipos de co-manejo, su estructura, objetivos, fases y beneficios, y las condiciones e indicadores posibles para evaluarlo en el marco de un EEP. Se resalta el carácter dinámico y adaptativo del EEP y del consecuente modo de gobernanza que se sugiere como ideal para desarrollarlo. 
Por último, en el Capítulo 4 se proveen ejemplos cercanos a la aplicación del EEP en pesquerías de pequeña escala de América Latina. Se hace hincapié en las pesquerías de invertebrados y las pesquerías que cuentan, o han contado, con la formal o informal implementación del co-manejo como modo de gobernanza. Se evalúan ventajas y debilidades como resultado de la implementación de esquemas de manejo que contemplaron aspectos relacionados con el EEP o enfoques similares en pesquerías de pequeña escala en América Latina, así como las estructuras idóneas que pudieran llevar a este enfoque a jugar un papel protagónico"


Estas notas son transcripciones del documento publicado por FAO:

Enfoque ecosistémico pesquero, Conceptos fundamentales y su aplicación en pesquerías de pequeña escala de América Latina

Por Omar Defeo, Dirección Nacional de Recursos Acuáticos, UNDECIMAR, Facultad de Ciencias, Montevideo, Uruguay

Fuente
http://www.fao.org/3/a-i4775s.pdf