El
día 27 de agosto, recién se ha publicado en el portal de PRODUCE, el DS
015-2025-PRODUCE que fuera publicado en el diario oficial El Peruano el 22 de
agosto. En este sí se encuentra la Sección Primera del nuevo ROF del IMARPE,
que no está en el diario oficial. Habiendo el PRODUCE dado cumplimiento a lo
que mandaba la norma, podría decirse que ya no está en falta. Pero no limpia el
hecho de que se cumplió fuera del plazo mandado por la misma, en las dos
ocasiones, lo que evidencia el nivel de respeto por el cumplimiento de la ley.
https://www.gob.pe/institucion/produce/normas-legales/7087582-015-2025-produce
No
hay explicación alguna de la razón de los cinco días de retraso, violando lo
que manda la propia norma, que dice que debía ser publicado en los portales de
PRODUCE e IMARPE el mismo día.
Es
algo inédito, o por lo menos novedoso, esto de publicar y aprobar un ROF por
partes y con un intervalo de 90 días hábiles. No menciona, obviamente, lo que
contendría la segunda sección del ROF y no se entiende la razón por la cual
esta tendría que ser aprobada casi cuatro meses después. Se supone que sería
porque en estos cuatro meses se designará a los funcionarios que ocupará los
cargos de las áreas que indica el ROF. Pero eso es cosa que nadie sabe.
La
primera sección del ROF aprobado se refiere básicamente a las funciones de la
entidad, del Consejo Directivo, de la Gerencia Científica, Gerencia General y
los órganos de segundo nivel organizacional, es decir los de administración
interna, así como los órganos de línea.
Esta
sección primera del ROF, en términos y líneas generales, no muestra cambios
significativos en relación al anterior, salvo el cambio de nombre de alguna
áreas.
Tampoco
dice nada que asegure la independencia de la Institución, ya que seguirá
estando en manos del poder político que designará a cualquiera de acuerdo a la
coyuntura política del momento.
No
describe el perfil del presidente, rescatándose que a diferencia del ROF
anterior, no está obligado a ser un oficial en retiro de la Marina de Guerra.
No menciona que el presidente deba ser un científico reconocido, o sea que en la práctica puede ser cualquiera. Se perdió una valiosa oportunidad para poner a la entidad en manos de un científico.
El presidente y los directores deberían acceder al cargo por concurso público con garantías de que no serán removidos por manipulación política. Al no haber redactado la norma de esta manera se perdió una gran oportunidad.
El derogado DU 015-2020 proponía que el presidente sea un científico por concurso público. Es ya evidente que debió ser la principal razón por la cual no le dieron cumplimiento a la norma y finalmente terminamos en lo que hoy tenemos.
Para
todos los miembros del Consejo Directivo, que incluye a su presidente, se pide
tan solo “un mínimo de tres años de
experiencia en áreas relacionadas con las competencias de Imarpe o en ciencia, tecnología
e innovación”.
Era
la ocasión para darle mayor contenido y calidad a los miembros de Consejo
Directivo y a la Alta Dirección con el objeto de hacer de la entidad un órgano
independiente. No se debe perder de vista que de sus informes dependen las
normas y regulaciones que el Ministerio efectúa sobre la pesca. Es tan
importante y delicada la función, que tendrían que haberse puesto candados
apropiados para evitar injerencias externas, manipulación o presiones.
En
resumen, es más de lo mismo. El sector no espero tantos años para esto. Este
ROF de 13 páginas en esta sección, demoró casi un año en ser elaborado y
aprobado. Una demora que sugiere la existencia de presiones o manipulación para
entorpecer la ejecución de la norma. Pareciera que cuando se promulga el DL
1677 no se midió la repercusión que tendría en toda su magnitud. El hecho es
que sea como sea, pese a haber ya cumplido, el propósito de la norma tal vez no
sea el que inicialmente se quiso.
Resulta
claro que a nadie le importó ni le importa la sostenibilidad de los recursos
pesqueros como problema principal de la pesca y su futuro a largo plazo, sino
tan solo la satisfacción de intereses de parte, políticos y económicos de corto
plazo.
Una
lamentable pérdida de oportunidad de hacer algo significativo por la
institución científica y el sector.
Es
evidente que no existe voluntad política de introducir cambios trascendentes en
el sector pesquero. Habrá que esperar a ver cómo vienen las cosas con el cambio
de gobierno, para lo cual ya falta poco.
El futuro de la pesquería, necesita de investigación, tecnología e innovación; pero sobre todo de bases y datos científicos que permitan regular eficazmente las pesquerías. Eso, con un poder concentrado en un solo individuo, designado por criterios políticos, es un riesgo.
La aprobación de los informes científicos, especialmente aquellos que sustentan las normas regulatorias que aprueba PRODUCE, no debieran estar concentradas en un solo individuo ni en un solo director, sino en un colegiado de científicos, lo que daría transparencia y credibilidad a los mismos.
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