El reto principal que enfrenta el país en relación a la
pesca, es hacer más justa su participación con la Nación y reformar el modelo
de manejo de la anchoveta para que esta sea consumida por la población, sin
perjuicio de la industria de harina.
La mayor parte de las
capturas pesqueras en el Perú van a la producción de harina y aceite de pescado
para la exportación, con una fracción pequeña para el consumo humano directo,
también mayormente para la exportación en forma de enlatado y congelado. A
nivel nacional, el pescado se consume principalmente fresco. Las especies de
peces más cotizadas (corvina, lenguado, cojinova y otras especies carnívoras de
carne blanca) son actualmente escasas y sus precios las hacen inasequibles a la
mayor parte de la población.
Actualmente, las
principales especies de pescado consumidas en el Perú son jurel, caballa, pota
y bonito. El principal consumo de pescado debe estar enfocado cada vez más en los
estratos socioeconómicos más bajos y en los niveles más bajos de la cadena
trófica.
En general, los grandes
beneficios económicos del sector pesquero alcanzan a una fracción del
empresariado pesquero y genera rentas insuficientes al Estado que no permiten
el financiamiento adecuado de programas sociales, de investigación y otros
necesarios para el manejo sostenible de los recursos.
El régimen de derechos
de pesca carece de racionalidad económica. El monto a pagar por este concepto
no guarda relación ni con la renta del recurso, ni con los costos de administración
de las distintas pesquerías. En el caso de las embarcaciones, se les exime del
pago de derechos de pesca.
Las normas vigentes no
indican expresamente que la información derivada de las cobranzas, morosos,
omisos al pago y/o declaración jurada y empleo de los recursos directamente
recaudado proveniente de los Derechos de Pesca se publiquen para conocimiento
público.
Por tanto ni el sector
ni la opinión pública tienen acceso a conocer detalles de la eficiencia de la
cobranza, ni a saber quiénes han pagado y quienes no han pagado, ni a conocer
cómo se emplean estos dineros. Por tanto nadie fuera del Produce fiscaliza.
La normatividad
referida al pago de derechos de pesca de las especies afectas es dispersa y
confusa, dificultando el seguimiento de dicha temática.
La tasa de derechos de
pesca vigente resulta insuficiente pues no considera el valor ambiental de los
mismos debido a los pasivos resultantes de la contaminación ambiental
ocasionada por la actividad pesquera.
El Estado y la
industria tienen el legítimo derecho a publicitar sus logros en materia de
exportación y volúmenes de desembarque de recursos pesqueros; pero el ciudadano
común también tiene el derecho de ser informado de cuánto han aportado por impuesto
a la renta y derechos de pesca, así como de las devoluciones tributarias del
IGV que ha recibido el exportador y del drawback.
También se tiene el
derecho a que se exhiban cifras oficiales y sustentadas sobre el número de
empleos que genera la actividad, y no que se lancen cifras sin exhibir sustento
alguno.
El desarrollo del
mercado interno peruano para productos preferentemente derivados de la
anchoveta es un enorme desafío. Implica educar a la población en el hábito de su
consumo y de transformar un simple potencial de consumo en un verdadero
mercado.
El reto nacional es
desarrollar el mercado interno. La barrera para ello radica en que es más fácil
aprovechar los mercados que otros países ya tienen bien estructurados y
exportar. China, los Estados Unidos, la Unión Europea y el Japón, entre otros,
son mercados atractivos porque pagan precios altos pero también, porque tienen
mercados estructurados, con redes de importadores, de grandes distribuidores,
mayoristas y minoristas que posibilitan una venta rápida para productos de
buena calidad.
Esta tendencia, sumada
a la deficiente red de frío y de comercialización en el mercado interno, así
como la escasa demanda, afectan el desarrollo del mercado interno. Los elevados
precios de los productos que se ofertan a este mercado constituyen otro de los
limitantes.
En el país existen
puntos de venta como los supermercados, existen restaurantes especializados en
pescados y mariscos y mercados tradicionales. La modernización de la
comercialización de pescados, con la capacitación de los agentes que
intervienen y la inversión en aspectos tales como almacenes frigoríficos,
fábricas de hielo, vitrinas frigoríficas, medios de transporte refrigerado, optimización
de los mercados mayoristas y de abastos, administración o gerenciamiento
competente, expansión de las redes de distribución en las ciudades medianas y
pequeñas, son iniciativas necesarias y urgentes para el desarrollo del mercado
interno del país.
Para este propósito es
necesario entender y analizar la realidad de los precios y del mercado. ¿Cuánto
pagan las plantas procesadoras por la anchoveta destinada a la producción de
harina y cuánto por la destinada al consumo humano directo? Si no se entiende
esta problemática básica, hablar de destinar la anchoveta al CHD es mera
retórica. El armador preferirá siempre al cliente que le ofrezca mejor precio.
La promoción de consumo
de la anchoveta tiene que ser entendida como básica y previa al desarrollo de
una cadena de valor apropiada. Si no hay mercado, no habrá negocio. Si no hay
inversión en la cadena de distribución y de almacenamiento y si no hay precios
atractivos mejores que el que ofrece la harina, no habrá negocio. ¿Quién esta
dispuesto a arriesgar en esta inversión? Si fuese un negocio atractivo ¿por qué
nadie incursiona en el mismo?
Si hasta el día de hoy
no ha prosperado el discurso de destinar anchoveta al consumo nacional, es
evidente que la razón principal es que no es buen negocio para quienes podrían
tener interés en invertir en ello. Y eso es una cuestión no solo de hábito,
sino también de precio.
El precio final de la
anchoveta para consumo nacional tendrá que ser realista a fin de la población
la convierta en un hábito de consumo. Si el precio es inaccesible para las
mayorías, no sirve. Para que esto funcione, debe ser un negocio en el cual
todos los actores ganen, que el mercado acepte el producto y que sea
sostenible. No puede ser subsidiado por el Estado, salvo quizá en el primer
momento, el de la creación del hábito de consumo
Que la anchoveta puede
alimentar al país, es una posibilidad; pero la realidad impone su propio
paisaje. Eso no va a ocurrir con tan solo el discurso, sino con el compromiso
del Estado y del inversionista por desarrollar esta cadena productiva en el
corto, mediano y largo plazo. El primero debe crear los estímulos y condiciones
para que el segundo se arriesgue a invertir.
Finalmente, hay que entender
que esto es una tarea de largo plazo que debería ser mantenida por cada
gobierno y no variarse con cada cambio de funcionarios. El Perú ya tuvo hace
años una exitosa serie de medidas para introducir el consumo de anchoveta; pero
desconociendo que el proceso es de largo plazo e ignorando el sector, cada
cambio de gobierno fue dejando de lado lo avanzado.
Hay que saber y para
algunos recordar, que ya se hizo esfuerzos para incentivar o incrementar el consumo
de anchoveta y sus derivados a fin de mejorar el nivel nutricional y de salud
de los sectores socioeconómicos menos favorecidos y reducir la desnutrición
crónica infantil. En ese período se realizaron algunas acciones como las que se
detalla a continuación que no fueron continuadas en los gobiernos subsiguientes,
por lo cual su efecto se perdió en el olvido:
- Eventos gastronómicos: Programa
“Ceviche Imagen del Perú” – 2003, Primera presentación de Anchoveta y Pota con
asociación de Hoteles y Restaurantes en BIC Humboldt – 2004.
- La “Semana de la Anchoveta”
lanzado el 6 de diciembre del 2006 en Palacio de Gobierno con participación de
Gastón Acurio, chef peruano reconocido internacionalmente y quien fue uno de
los responsables de la estrategia. Contó con la presencia del Presidente de la
República, Ministros e invitados.
- Programa “Alimentación desde el
mar” lanzado por el Ministerio de la Producción (29-11-2006), mediante el cual
se distribuyeron en Lima y provincias, productos marinos de alto valor
nutritivo y de bajo costo, elaborados por el ITP.
- D.S. Nº 002-2007-PRODUCE, que
declara de importancia estratégica y de interés nacional la promoción del
consumo de anchoveta y de pota, así como la difusión de sus propiedades
alimenticias. El ITP coordinaba con los Ministerios de Defensa, del Interior,
de Salud, de Trabajo y Promoción del Empleo, de la Mujer y Desarrollo Social,
de Educación y de Justicia, la elaboración de un programa de adiestramiento en
la preparación de alimentos a base de anchoveta y pota. Además, estableció que
dichos Ministerios destinarán no menos del 8% de su presupuesto y del de sus
dependencias destinado a la compra de alimentos, para la adquisición de
productos elaborados a base de anchoveta y pota.
- El Programa Integral Nutricional
PIN-2007 del MIMDES incluyó el consumo de la anchoveta para mejorar la calidad
en la alimentación de los niños, en el marco de las acciones orientadas a
reducir los índices de desnutrición crónica infantil.
- Desde el 2003 el Convenio PRODUCE
e ITP, ejecutó el Proyecto “Apoyo Alimentario a Centros de Educación Inicial y
Promoción al consumo de Productos Hidrobiológicos”, dirigido a niños de 3 a 5
años de edad de los colegios de inicial de los distritos de Ventanilla,
Cieneguilla, Lurín, Pachacamac, Ancón, Puente Piedra y Pisco, brindándoles
desayunos con salchicha de pescado, beneficiando a aproximadamente a 10,527
niños.
- La ejecución del Proyecto “Pesca
Responsable: Desarrollo de la Anchoveta para Consumo Humano Directo” por
FONDEPES a través del CEP PAITA, ha permitido promocionar el consumo del
producto “Saladita de Anchoveta” en diversos platos preparados en 22 comedores
populares, 6 PRONOI y 7 Instituciones Educativas, donde se distribuyeron 57,504
raciones de “Saladita de Anchoveta” beneficiándose 2,923 pobladores de las
Provincias de Ayabaca y Huancabamba de la Región Piura. Así mismo, en la
Provincia de Paita se ofrecieron 650 refrigerios de anchoveta en las
Instituciones Educativas de primaria y secundaria. El resultado de la ejecución
del Proyecto durante los 2 primeros años, es haber logrado la aceptación de los
platos preparados en base a “Saladita de Anchoveta” en los distritos
promocionados de las Provincias de Ayabaca y Huancabamba de la Región Piura.
Este programa intentó replicarse en las instalaciones de La Puntilla para
atender a las zonas cercanas de la sierra central, y en la sede del FONDEPES de
Ilo para atender la zona sur, pero no fue de interés del gobierno de turno y
finalmente fue desechado.