No creas en todo lo que se dice.

Aun cuando creas que algo aparece claro, ponlo en duda y no reposes. Duda de todo lo que parece ser bonito y verdadero. Pregúntate siempre: «¿Para qué?». No creas que una cosa sola es buena; lo recto no es recto y tampoco lo curvado es curvado. Si alguien dice que un valor es absoluto, pregúntale en voz baja: «¿Por qué?». La verdad de hoy puede mentir ya mañana. Sigue el río desde donde comenzó el torrente. No te basten las piezas aisladas. Pregúntate siempre: «¿Desde cuándo?». Busca las causas, une y disuelve, atrévete a mirar tras las palabras. Si alguien dice: «Esto es bueno (o malo)», pregúntale en voz baja: «¿Para quién?» Friedrich Paulus

La debida gestión pesquera

La Revista Pesca es un medio de información alternativo que presenta artículos, opiniones y noticias referidas a la pesca en el Perú y el mundo, con énfasis en la política pesquera, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria. En este blog se publican notas de importancia, así como novedades del sector pesquero. En 2025 cumplimos 66 años de publicación en el Perú.

sábado, 31 de mayo de 2025

LAS EXPORTACIONES PESQUERAS PERUANAS

 

Se afirma que el Perú aumentó sus exportaciones pesqueras y que obtuvo éxitos destacables. Lo que no se especifica es quiénes son los que ganaron. Lo que tampoco se menciona es lo que se perdió y quiénes perdieron para que el Perú de las cifras oficiales ganara.

Detrás de las utilidades alcanzadas por las grandes empresas se oculta un problema proporcionalmente similar o mayor que los beneficios logrados según la información oficial. Bajo las publicitadas cifras que ofrecen la imagen de un sector próspero, se desarrolla el drama real de pesquerías sobreexplotadas y beneficios no compartidos con la población.

¿Cuántos hospitales, cuántas escuelas, cuantas carreteras, cuantos desembarcaderos, han surgido gracias a la contribución de la industria pesquera? Probablemente algo haya surgido si revisamos las inversiones provenientes del canon pesquero, pero no en proporción a los volúmenes de dinero ingresado por exportación.

Hoy se ve menos pescado que antes en los mercados y cuesta tanto o más que el pollo, con contadas excepciones.  El beneficio del país no va de la mano del beneficio de las empresas en el actual modelo.

En el siguiente link se muestra una interesante información sobre el desenvolvimiento del sector, en cuanto a exportaciones.

https://www.comexperu.org.pe/articulo/exportaciones-pesqueras-no-tradicionales-crecieron-un-132-en-el-primer-trimestre-de-2025

Lo que falta es que alguien informe al país sobre las cifras referidas al mercado interno y sobre la recaudación y empleo del impuesto a la renta y de los derechos de pesca a los que está obligado el sector.

La información sobre derechos de pesca es importante porque permitiría conocer quienes son los que lo pagan y quienes no, así como las correspondientes razones.

La información sobre el mercado interno permitiría entender mejor cómo es que se atiende a las necesidades alimentarias de la población peruana en relación a los intereses de los paises que importan nuestros recursos.

Se atribuye a los recursos marinos, no solo el carácter de renovable, sino además, la cualidad de inagotable. Se ha elegido aceptar el mito, en obstinada ignorancia de los hechos.

El elogio constante a la producción y exportación de recursos pesqueros solamente alcanza a la comprensión de un pequeño sector nacional, que además no percibe íntegramente el escenario. Se le debe agregar, además de las cifras exportadas, las de los impuestos recaudados, los derechos de extracción cobrados y el empleo de dichos fondos.

Pensar qué significan para los pobladores las cifras de ingresos provenientes de la pesca hace que nos preguntemos si acaso no sería más correcto hablar de cuántos impuestos ha generado esta actividad y cómo los ha beneficiado. Y es que esta visión nos daría una idea de la verdadera posición de la pesquería peruana en su relación con el país y con aquellos que, como legítimos propietarios de estos recursos naturales, tienen el derecho de saber en qué han sido beneficiados.

¿Qué puede pensar el poblador marginado que no tiene qué comer, pero escucha que somos un gran país pesquero? ¿Qué le importan esas cifras si, además de no representar un beneficio directo para él, tampoco representa alimento para sus familias? porque las especies que antes capturaba han desaparecido o lo harán eventualmente. El poblador costero observa que el crecimiento de las exportaciones pesqueras y del PBI no le significan una calidad de vida adecuada, tanto en nutrición como en la contaminación de las principales bahías. El poblador andino no consume pescado y está desnutrido. Mientras tanto, el sector crece en medio de aplausos.

Los medios de comunicación, por su parte, mantienen un esquema informativo incomprensible para el poblador común y corriente, exponiendo de forma tangencial la supuesta bonanza macroeconómica sin realizar ni mostrar al público un análisis.

Si queremos evitar el agotamiento del recurso y mejorar los precios a los pescadores, en especial los de pota, hay que buscar las causas y no los efectos del problema.

Una causa económica es que a la fecha algunos los recursos pesqueros se entregan a los industriales a una tasa de derechos de pesca sumamente baja, y otros totalmente gratis. Algunos recursos como la anchoveta y la merluza generan un pago al Estado por su extracción, llamado derecho de pesca; Pero el volumen de las exportaciones de harina de pescado no guarda equidad con el pago que hacen por derecho de pesca de extracción de anchoveta.

Si los costos de producción son artificialmente rebajados, por ejemplo, gracias a derechos de pesca bajos o gratuitos, como es el caso de la pota,  entonces se permite la existencia de grupos económicos que tienen acceso gratuito o muy barato a los recursos pesqueros.

Por tanto, permanecerán en operación volúmenes de inversión por encima y más allá de un criterio de eficiencia. En cambio, si se impusiera una tasa más alta a los derechos de pesca por el uso de recursos pesqueros, y se gravase a aquellos que no pagan, se estaría desincentivando el crecimiento de la extracción y/o haciendo más justa la participación del pais.

Probablemente un efecto colateral sería la reducción de la flota y de la capacidad productiva, o su transformación hacia productos de mayor valor agregado, además de mejorar los precios de venta del recurso en playa o en planta.

Al reducirse las inversiones artificialmente rentables, se reduce la sobre explotación y los niveles de extracción del recurso, ajustándose hacia niveles de producción capaces de generar mejores precios de venta.

La industria extractiva debe pagar al Estado un justo precio para obtener el derecho a pescar.

El tema de fondo es ¿Cuánto cuesta el pez en el agua antes de ser extraído?

La dificultad radica en establecer con precisión el precio de ese derecho de pesca de forma que ni sea tan grande que acabe con la explotación ni tan pequeño que no haga partícipe del negocio al país. El Estado debe participar en forma justa y equitativa no solamente en la rentabilidad del negocio, sino que, fundamentalmente, debe ser resarcido por los impactos que la pesquería causa sobre el ecosistema y el medio ambiente, los cuales son independientes de la rentabilidad del negocio.

Esto tiene que ser entendido en su verdadero contexto. El impuesto a la renta de tercera categoría es una participación en las utilidades empresariales. Pero ocurre que una empresa puede tener grandes, medianas o pequeñas utilidades; o aún pérdidas. Sin embargo para llegar a cualquiera de esos niveles de utilidad o pérdidas, se ha efectuado una extracción de recursos pesqueros con los efectos inevitables que ello produce sobre el ecosistema y el medio ambiente; más aún luego de su procesamiento. Por ese solo acto el país merece una compensación adecuada.

En lugar de causar perdidas a la sociedad ( contaminación, destrucción de ecosistemas, perdida de recursos, etc.) debería generar ingresos para la Nación, que cede la explotación de un recurso público a un sector de la sociedad, a cambio de un pago, de un justiprecio, que permita resarcir, aunque sea en algo, la explotación.

Incentivar el crecimiento de la pesquería es fácil, pero aplicar el mecanismo inverso, aunque sea necesario, es mucho más complejo. En parte el problema ahora es político, pero también técnico, jurídico y económico.

El aumento de la demanda de los recursos pesqueros por la población mundial, que estimula las exportaciones, ha impulsado un aumento de la industria pesquera que no ha incorporado como costo el valor del recurso pesquero, el cual se entrega gratuitamente a la extracción. Los recursos sujetos al pago de derechos de pesca son solo algunas y a unas tasas muy bajas. Otros, como la pota, un importante recurso de exportación, es gratis.

No puede tomarse el costo de extracción como tal, puesto que los recursos en el mar no generan costos al extractor como tales ya que no se abonan, no se riegan...

Además de justo, la aplicación del pago de derechos de pesca a la extracción de recursos pesqueros se impone como una de las formas de reducir el esfuerzo pesquero en beneficio de una pesquería sostenible. Este pago obliga a ser eficiente en la captura para maximizar la relación beneficio costo. Si no hay eficiencia ni rentabilidad, la actividad extractiva debiera detenerse por sí misma.

En este orden de ideas, todos aquellos que causan mortalidad comercial deben pagar derechos de pesca. Solo se exceptúan aquellos quienes causan mortalidad de subsistencia, es decir quienes capturan para sostenimiento personal y familiar directo, es decir, autoconsumo.

La lógica del Estado tiene que ser cumplir con el criterio de sustentabilidad, que significa dejar dinero en el fondo del mar para que lo recojan las próximas generaciones, cuidando que nunca se agoten. Aplicando simultáneamente el cobro de derechos de pesca justos para compartir los beneficios entre los dueños de los recursos y los concesionarios de los mismos, que somos todos los peruanos.

Establecer el pago de derechos de pesca es solamente el ejercicio del derecho que tiene el propietario de los recursos pesqueros de establecer un cargo por acceder a ellos.

No se trata tan solo de un tema de justicia social para que la industria compense a poblaciones locales influenciadas por los impactos sociales y ambientales. Tampoco es la creación de un impuesto ciego que reduce la competitividad de la industria a través de un sobrecosto. Este derecho, es un justiprecio y se debe aplicar al conjunto de los recursos pesqueros, que son patrimonio de la Nación.

La vocación exportadora del sector, coherente con el modelo económico vigente, condena a la población peruana a disponer de una oferta de recursos hidrobiológicos insuficiente y de calidad discutible si la comparamos con la calidad del denominado “producto de exportación”.

Tan selectivo es el asunto que en las etiquetas se pone el término “calidad de exportación” como para reafirmar ante el país y el mundo entero, que en el Perú hay una clara selectividad: lo que se exporta es mejor que lo que se deja para el consumo interno.

Se mantiene un doble estándar de calidad, cuando la tendencia debiera ser a acuñar la frase Calidad Peruana, eliminando esa discriminación injusta y ofensiva.

Tan poca atención se presta al país, que existe un Ministerio de Comercio Exterior, pero no existe un Ministerio de Comercio Interior. Al sistema le preocupa más satisfacer las necesidades alimentarias de otros países que las necesidades de su propia población.

La sobrepesca no constituye el único problema. La degradación del entorno marino, y la interferencia con el ecosistema a través de la consciente o inconsciente utilización de los océanos como receptor de desechos, además de la destrucción del hábitat originadas por malas prácticas de extracción, son factores de creciente incidencia en términos de deterioro de la producción marina.

Mayor información en el siguiente link:

https://revistapesca.blogspot.com/2025/05/la-pesca-la-naturaleza-y-la-politica.html

"El poder no cambia a las personas, solo les quita la necesidad de fingir. El justo protege, el ambicioso abusa, el inseguro se vuelve tirano. No es el poder el que corrompe, es el verdadero rostro de cada uno el que emerge cuando ya no hay miedo a las consecuencias."



2 comentarios:

  1. Una sugerencia para los empresarios industriales es le diversificación productiva de la ANCHOVETA con valor agregado, en diferentes preparaciones y presentaciones, la cual es mas rentable, que producir harina y aceite de pescado.

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  2. Hola Marcus, espero que te encuentres bien... entiendo tu preocupación y pienso que esas versiones de grandes exportadores y de qué brindamos mega servicios, se repiten en diferentes sectores pero las ganancias relativamente NO benefician a la población ... habría que revisar las concesiones y los contratos, que están amparados legalmente y con firmas de autoridades ,para mantener el estatus quo, en beneficio de las minorías

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