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jueves, 25 de febrero de 2016

REVISTA PESCA MARZO 2016: EDITORIAL

La pugna para acceder a cargos en la nueva administración, bien sea para defender intereses de parte, o apetitos personales, se irá evidenciando a partir de los resultados de la segunda vuelta electoral y permitirá predecir cuál será la agenda sectorial a partir de agosto.

Si queda conformado por autoridades ajenas a la realidad sectorial y fácilmente influenciables por quienes defienden intereses de parte, no se verán reformas en la pesca.  La gobernanza del sector quedaría expuesta debido a la manipulación del lobbysmo y el aporte al PBI seguiría como tema prioritario en la agenda, poniendo en segundo plano la opinión técnica. O sea, más de lo mismo, por más maquillaje que quisieran ponerle a través de nuevos operadores políticos.

Convirtiendo una situación científica en una situación política, el poder cedería a la presión que se ejerza a través de los medios de comunicación y del lobby. El peso de las decisiones se vería influenciado por quienes detentan el poder fáctico, los cuales ejercerían mayor o menor grado de influencia, según el apoyo de una prensa poco informada sobre la pesca, que solo resalta brevemente temas de coyuntura. La presión efectuada a través de eficaces operadores políticos, así como la de nuevos lobistas, se hará más o menos evidente en función de los nuevos funcionarios que asuman cargos el 1 de agosto.

El sistema de ordenamiento pesquero, ya violentado varias veces por jueces que dictan medidas cautelares indebidas, resultaría así expuesto a mayores perforaciones provenientes de decisiones tomadas en función al ruido político, o la presión. La gobernanza del sector resultaría  comprometida, no por las necesidades o los intereses nacionales y los de la ciudadanía común y corriente, la cual es la legítima propietaria de los recursos hidrobiológicos, sino por los intereses comerciales del sector.

Hasta ahora no hay evidencia de genuino y real interés político por introducir cambios de fondo en la pesquería peruana. Una nueva Ley de Pesca no resolvería temas inmediatos porque resultaría lenta de aplicar en términos reales y prácticos, tanto por el tiempo que demoraría su discusión y promulgación, como su implementación. 

Mientras tanto, los temas de fondo urgentes seguirían relegados.
Lo que se requiere es decisión y voluntad políticas de funcionarios honestos y comprometidos con el país, sin intereses personales en la pesca. De lo contrario, solo quedaría  la intervención de la ciudadanía mediante la creación de incidencias políticas que fuercen la toma de algunas decisiones y la generación de algunos cambios.

Si no se actúa a través de más ciudadanos activos, la democracia peruana degenerará hacia la oclocracia, es decir al gobierno de los insapientes.

La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés, se convertiría en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros y de la contaminación que la actividad genera sobre el ambiente y sobre la moralidad.

Marcos Kisner Bueno

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería que difunde información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

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