POR: CÉSAR CÓRDOVA PONCE
Se ha publicado el 14 de
diciembre, el Decreto Supremo 011-2013-PRODUCE, el mismo que mantiene el
espíritu del D.S. 005-2012-PRODUCE que es el de preservar las primeras 10
millas marinas como área de reproducción de la anchoveta y demás especies que
van a las mesas populares, y reservarlas para la pesca destinada para consumo
humano directo.
Se cuestionó la ausencia de
evidencias científicas y socioeconómicas en la dación del D.S. 005 y se
plantearon demandas contra PRODUCE, todas ellas a través de la misma Sociedad
Nacional de Pesquería (SNP) y por las organizaciones que tiene bajo su poder,
es decir por la Asociación de Armadores de Nuevas Embarcaciones Pesqueras (AANEP) y por su brazo sindical pro
patronal llamado Sindicato único de Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú
(SUPNEP).
Como efecto de estas
acciones legales, el Poder Judicial emitió un fallo declarando inconstitucional
el numeral 2 del artículo 2 de dicha norma, y la ejecución de su sentencia (permitiendo
el ingreso de las embarcaciones industriales a partir de la milla 5), debería darse el 15 de diciembre, plazo que le
otorgó a la instancia competente (PRODUCE) para que pueda emitir una nueva
norma jurídica. La oportuna publicación del D.S. 011 enmienda la forma legal e
incluye en sus considerandos las evidencias científicas y socioeconómicas que
adolecía el D.S. 005 y que exige el Art. 9 de la Ley General de Pesca, y se ha
logrado poner a buen recaudo las primeras 10 millas marinas, fuera de la acción
voraz y depredadora de la flota industrial harinera.
La lucha legal y mediática de PRODUCE seguirá,
sin duda alguna, en el sector industrial; pero otro frente en donde se libra
una encarnizada batalla es en el de
menor escala y desgasta también a la ministra Triveño y al equipo de asesores
que la acompañan, puesto que las normas para instalar orden en este sector (en donde
la informalidad y el desvío de la anchoveta a la harina ilegal ha creado un
poderoso grupo económico), colisionan frontalmente con autoridades regionales e
inescrupulosos empresarios harineros que conviven en la corrupción, y con
medios desinformados o contratados para defender esos viles intereses que se
nutren del desorden y la informalidad creados a partir de la Resolución
Ministerial 100-2009-PRODUCE firmada por la ex ministra Elena Conterno, hoy
presidenta de la SNP.
Este escenario nada
favorable a la encomiable y valiente voluntad de la ministra Triveño, se puede
apreciar en discursos hipócritas de los representantes de este sector, que
aplauden las normas que se dictan contra el desorden y privilegios en el sector
industrial, pero rechazan las que se dictan buscando la formalidad y el debido
control en el sector de consumo humano directo. Con esa conducta, la ministra
pasa rápidamente de valiente a incapaz o viceversa.
Otro factor que la ministra
tiene en contra, es una verdad que, aunque duele admitirlo, no tengo temor en
decirlo: La sociedad civil está acostumbrada a mirar y callar. La cobardía es
más fuerte que su indignación.
De que hay mucho que hacer
en el sector de pesca de consumo humano directo, no cabe la menor duda, tanto en infraestructuras físicas como
en la optimización del aprovechamiento de
los recursos marinos, pero primero hay que acabar con la corrupción
instalada en ese sector.
Las normas que dicte
PRODUCE en esa dirección no son suficientes, sino participa la sociedad civil
en su conjunto acudiendo en su defensa. ¿Qué más puede hacer una ministra en
representación de 30 millones de peruanos, si éstos permanecen callados e indiferentes?
No se puede diseñar un
mejor futuro para la pesca peruana, si permitimos que siga atrapado en un
presente corrupto, con una sociedad civil indiferente y con un discurso
hipócrita de quienes lucran del desorden actual.
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