«Trabajamos
por un futuro mejor para las personas y ese futuro no tiene sentido de espaldas
al medio ambiente», declaró Francisco González durante la ceremonia de entrega
de los premios Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA, dotados con 580.000 euros
repartidos en tres categorías, en su sede madrileña.
WWF España recibió ayer el galardón a la
Conservación de la Biodiversidad en España, por la «trascendencia de sus
actuaciones innovadoras» y en especial el seguimiento de la extracción de aguas
subterráneas en el parque de Doñana,
la implantación de la certificación forestal sostenible y su proyecto de
crear un santuario del atún rojo en el Mediterráneo.
Según
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, el desarrollo
tecnológico y social debe tener en cuenta los límites del planeta. «Los
recursos son naturales, pero finitos» y su descuido contribuye «al
empobrecimiento económico y a la pérdida de calidad de vida», advirtió.
Fundada
en 1968 como Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA),
WWF España cuenta hoy con 32.000 socios.
Latinoamérica
En
Latinoamérica, el premio ha sido para el Centro para la
Sostenibilidad Ambiental de la Universidad «Cayetano Heredia» de Lima
(Perú), por su reivindicación para la formación de la mesa de la anchoveta
(Engraulis ringens), tradicional materia prima para harinas y aceites de
pescado usada antaño.
Su
promotora, Patricia Majluf, destacó que, mientras casi el 30% de los niños de
Perú están malnutridos, el país «reduce» y exporta millones de toneladas
de anchovetas cada año, cerca del 10% de las capturas mundiales.
La
«Cayetano Heredia» abordó este «problema ambiental y desperdicio ilógico» para
desviar el alimento de «cerdos, pollos y salmones» (a través de
los derivados de la anchoveta) y favorecer su consumo directo.
«No
sólo se está transformando a la pesquería más grande del mundo hacia un uso más
sostenible y equitativo del recurso, sino que en el Perú el mundo se reconoce
ahora el rol ecológico crítico de la anchoveta y se valora su
protección», recalcó.
Divulgación
El
reconocimiento en la categoría de Divulgación fue para el naturalista,
ornitólogo y médico de formación Josep del Hoyo, por impulsar la
edición del «Libro de todas las aves del mundo», el prestigioso «Handbook of
the Byrds of the World», que con 16 volúmenes reseña cada especímen alado
conocido en el planeta.
Del
Hoyo, autodidacta, agradeció el premio a los más de 25.000 clientes de más de
160 países que consultan sus libros, «sin los cuales la obra no habría tenido
una cierta trascendencia».
Sobre
su papel en la conservación de la biodiversidad, como aficionado y amante
apasionado, reconoció que aunque ahora las personas son más concientes que en
otras épocas de su importancia, «paradójica y tristemente», la destrucción
y las extinciones no se han reducido.
Como
ejemplo cito la revisión este año en el Parlamento de Brasil de la ley sobre
protección de la selva amazónica, para «relajarla».
«Todos
sabemos que es vital para el planeta. Y aunque también se dan pasos positivos,
Gobiernos de muchos otros lugares toman medidas similares. Y esto, en
tiempos de crisis, se agrava, pues todo se justifica. Y aunque las crisis
pasan, la destrucción de la naturaleza es, casi siempre, irreversible», apuntó.
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