Artículo 1.- La presente Ley tiene por objeto normar la actividad pesquera con el fin de promover su desarrollo sostenido como fuente de alimentación, empleo e ingresos y de asegurar un aprovechamiento responsable de los recursos - hidrobiológicos, optimizando los beneficios económicos, en armonía con la preservación del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad.
Artículo 2.- Son patrimonio de la Nación los recursos hidrobiológicos contenidos en las aguas jurisdiccionales del Perú. En consecuencia, corresponde al Estado regular el manejo integral y la explotación racional de dichos recursos, considerando que la actividad pesquera es de interés nacional.
El espíritu de la ley no es debidamente interpretado, por cuanto las evidencias muestran que desde su promulgación han sido intereses de los administrados los que han impuesto las normas de administración de la pesquería. El lobby pesquero, representando a grupos de presión es, probablemente, el más exitoso y el que ha llevado el arte de la manipulación a logros extraordinarios en beneficio de los menos y en perjuicio de los más, explotando la desinformación y desinterés de la sociedad civil y del propio Estado.
El espíritu de la ley no es debidamente interpretado, por cuanto las evidencias muestran que desde su promulgación han sido intereses de los administrados los que han impuesto las normas de administración de la pesquería. El lobby pesquero, representando a grupos de presión es, probablemente, el más exitoso y el que ha llevado el arte de la manipulación a logros extraordinarios en beneficio de los menos y en perjuicio de los más, explotando la desinformación y desinterés de la sociedad civil y del propio Estado.
La rentabilidad del negocio pesquero no solamente ha atraído a personas y empresas ávidas de ganar dinero fácilmente, sino que ha generado todo un sistema de presión para imponer condiciones ventajosas para aquellos que usufructúan de un recurso natural que la propia ley define como patrimonio de la Nación. La anchoveta ha generado no solamente bonanza para unos cuantos sino corrupción y depredación, así como escaso aporte a la alimentación nacional en relación a su envío al exterior. La frase de Alejandro Bermejo “La tragedia de la abundancia”, se mantiene vigente aunque en un contexto diferente al inicial.
Los recursos pesqueros están siendo explotados sin que la Nación reciba un justiprecio, corren el riesgo de ser extinguidos y el medio ambiente viene siendo infamemente impactado.
Los grupos de presión han sido exitosos y hábiles manipulando organizaciones sociales y personas que han influido en la toma de decisiones para beneficios propios del negocio pesquero, menoscabando los derechos de la Nación. El enmarañado conjunto de modificaciones a las normas confirman que las mismas tradicionalmente han favorecido a los administrados.
Los grupos de presión han sido exitosos y hábiles manipulando organizaciones sociales y personas que han influido en la toma de decisiones para beneficios propios del negocio pesquero, menoscabando los derechos de la Nación. El enmarañado conjunto de modificaciones a las normas confirman que las mismas tradicionalmente han favorecido a los administrados.
Los sucesivos gobiernos han sucumbido ante la presión, o ante el pánico que les provoca un conflicto social ante el cual ceden porque los grandes afectados, es decir el resto de ciudadanos del país, no bloquean carreteras ni ejercen presión alguna en defensa de sus intereses. Son sujetos pasivos que ven como una fracción de ciudadanos se benefician de sus recursos sin reconocerles sus derechos. Es la ley del más fuerte, del que grita más alto o del que más desorden provoca.
Los peces extraídos y procesados alimentan a otros países, no al nuestro. Sus utilidades son compartidas con impuestos desproporcionada e injustamente bajos. Los empleos generados favorecen tan solo a una fracción de la población relativamente pequeña en proporción.
Los peces extraídos y procesados alimentan a otros países, no al nuestro. Sus utilidades son compartidas con impuestos desproporcionada e injustamente bajos. Los empleos generados favorecen tan solo a una fracción de la población relativamente pequeña en proporción.
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