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lunes, 7 de diciembre de 2009

LA OCEANOGRAFÍA EN EL PERÚ: APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA CIENCIA DEL SIGLO XX PERUANO (edición ene feb 09)

LA OCEANOGRAFÍA EN EL PERÚ: APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA CIENCIA DEL SIGLO XX PERUANO


Mag. Yeni Castro Peña

La historia de la oceanografía en el Perú está aún por hacerse. La inquietud y sed de conocimiento científico provinieron primero de Europa a lo largo del siglo XIX y luego alcanzaron su madurez gracias a las investigaciones realizadas en Estados Unidos en la primera y segunda mitad del siglo XX.

LOS INICIOS

La oceanografía es una ciencia que ha ido caminando de manera paulatina, desde inicios del siglo XIX, producto de una inquietud científica mundial que se fue madurando mediante la realización de un conjunto de expediciones provenientes de Europa, entre las más conocidas por la calidad investigativa que las han caracterizado está la Expedición de Alexander Von Humboldt realizada en 1799 hasta 1804, la cual se distinguió por su carácter exploratorio en América del Sur y Centroamérica. Humboldt como explorador e investigador recorrió las costas del Perú, Ecuador, Chile descubriendo la corriente que actualmente lleva su nombre caracterizada por ser de aguas frías procedente del Océano Glacial Antártico.

A mediados del siglo XIX, Matthew Fontaine Maury un Teniente de la Marina Estadounidense sufrió un severo accidente quedándose cojo, por lo cual fue retirado del servicio activo y fue destinado al puesto de Superintendente del Depósito de Cartas Marítimas e Instrumental de la marina estadounidense. Fue entonces cuando descubrió que este departamento no sólo no poseía casi mapas sobre los océanos, sino que no era más que un gran almacén de viejos diarios de viaje de algunos barcos de la marina. En estos diarios de viaje, los capitanes que habían viajado por el norte del Atlántico habían escrito sus localizaciones diarias, así como también la velocidad y dirección de los vientos y corrientes. Hábilmente, Maury se dio cuenta de que estos viejos libros eran muy valiosos por la información que guardaban. Este marino se impuso como tarea recopilar las anotaciones de muchos barcos, y llegó a la conclusión de que había algunos elementos que se repetían y que seguían un esquema prefijado. Realizó mapas de las corrientes marinas y de los vientos que ayudaron a los capitanes de barco pensar en las mejores rutas para sus viajes por el mar.

A partir de ahí, inició una investigación cada vez más exhaustiva que le llevó al mejor conocimiento del comportamiento de las corrientes, con lo cual añadió más datos a sus mapas. En 1847, Maury publicó una serie de mapas llamados los "Mapas de los Vientos y las Corrientes". En 1855 salió a la luz el libro "Geografía Física del Mar" que hoy en día es conocido como el "Primer libro de texto de la oceanografía moderna". (1)

Este desarrollo de la oceanografía en América, marchó paralelo al que se venía realizando en Europa, estandarte del descubrimiento científico, donde desde Inglaterra el naturalista británico John Murray y el naturalista escocés Charles Wyville Thompson fueron los encargados de dirigir la primera expedición organizada específicamente para recoger datos sobre una gran variedad de aspectos marinos, incluyendo temperaturas oceánicas, química del agua marina, las corrientes, la vida marina, y la geología del fondo marino. Thompson ya había podido analizar algunos animales curiosos de las profundidades del océano Atlántico y del Mar Mediterráneo y sus descubrimientos persuadieron al gobierno inglés para enviar una expedición mundial para explorar las profundidades marinas. Esta expedición se realizó entre 1872 y 1876, tomo el nombre de Expedición Challenger y un hito en la oceanografía moderna pues recorrió todos los océanos del mundo. En el caso de los investigadores del Challenger, su logro se basa en la realización del primer esbozo general de la forma del suelo marino, incluyendo una elevación en el medio del Océano Atlántico que se conoce hoy en día como la Dorsal Mesoatlántica. Se compiló además el primer estudio sistemático de las corrientes y las temperaturas en el mar. Los grandes descubrimientos de la Expedición Challenger animaron a otros países a prestar atención a los océanos y a enviar sus propias expediciones, sirviendo de precedente para posteriores investigaciones. (2)


La oceanografía moderna debe su expansión a los desarrollos logrados durante la II Guerra Mundial; el avance fue notorio pues se diseñaron programas de investigación como GEOSECS (Geochemical Ocean Sections) que tenía como finalidad estudiar la distribución 3D de salinidad, temperatura, así como trazadores químicos e isotópicos en los océanos, y ODP (Ocean Drilling Program) que estudiaba el registro sedimentario en el fondo oceánico (como sucesor del programa DSDP); ambos programas condujeron a un mejor conocimiento global de los océanos. Finalmente, el uso de observaciones desde el espacio por medio de satélites , ha llevado a una mejor integración y al estudio de la Tierra, incluyendo la atmósfera, los océanos y la tierra sólida, como un sistema complejo. (3)

El aporte estadounidense se hizo más notorio en la segunda mitad del siglo XX, en agosto de 1952, Townsend Cromwell un eminente oceanógrafo de Boston, Massachussets, nacido el 03 de noviembre de 1922, graduado en la universidad de California en 1947, cuyos estudios de Maestría los realizaría en la Universidad de California (La Jolla) en 1949, descubrió la Contra-Corriente Ecuatorial Sub-Superficial (CCESS), que hoy es denominada Corriente Cromwell (CCr), en honor a su descubridor.

Cromwell fue un oceanógrafo brillante, parte de la influencia intelectual estadounidense que ha llegado inclusive a denominarse imperialismo cultural, que es más notoria en el Perú después de la segunda mitad de la pasada centuria. En este periodo hablamos más de un intercambio y de un interés estadounidense por explorar lo que pueden ser sus satélites económicos.

En el Perú, el desarrollo de la ciencia oceanográfica fue paulatino desde los primeros años del siglo XX, fue producto de un conjunto de observaciones que después de treinta años, se plasmaron en un artículo titulado: “Ensayo sobre las variaciones periódicas de la temperatura de mar y sus ciclos en el norte del litoral peruano”, cuya autoría pertenece a Edwin Schweigger. El mecenazgo para lograr obtener los resultados oceanográficos que fueron conseguidos se debió gracias a la labor de la Casa Gildemeister & Cía., cuya iniciativa se vio plasmada en la instalación de uno de los primeros centros de observaciones hidrográficas y metereológicas por empresas particulares en nuestro litoral, colaborando en esta forma desinteresada al desarrollo científico del país. Este apoyo a la investigación fue complementado por el intercambio cultural estadounidense, a través de las facultades de investigación en oceanografía y del Inter.-American Commettee for Cultural and Artistic Relations. Sin embargo, la ayuda también provino de connacionales agrupados en la Compañía Administradora del Guano. En el plano particular, los estadounidenses como Henry P. Manton jefe de la Compañía Petrolera de Lobitos, a los ornitólogos William Vogt y Enrique Ávila fueron sujetos que brindaron gran apoyo a la ciencia.

Desde 1906 y 1907 existía ya un asidero científico en el Perú, un interés por el análisis del Océano, por conocerlo y consecuentemente conocer las variaciones de la temperatura y sus repercusiones en la sociedad, prueba de la existencia de este interés es el trabajo de O. Petterson quien demostró que debajo de la superficie del mar existían oscilaciones parecidas a las existentes sobre la superficie del mismo. El trabajo de Petterson no pasó inadvertido, fue leído y alimentó el interés de los estudiosos de aquel entonces.

Las primeras investigaciones científicas se realizaron a lo largo de las aguas de la costa del Perú tomándose temperaturas superficiales en número suficiente como para mostrar que existía un avance hacia el sur de las aguas cálidas hasta la Bahía de Pisco ( Sears: 1954, 138).

Al inicio se pensaba que se podía medir El Niño por la variación de temperatura, craso error debido a que en la zona de la Bahía de Pisco son frecuentes altas temperaturas que llegan hasta 24 y 25° C y no son raras en Febrero y Marzo inclusive hasta Abril.

1)Muchos de los datos consignados han sido proporcionados gracias al apoyo del Dr. Luis Alfredo Icochea Salas. Comunicación personal. La Molina, Febrero del 2009.

2)Para mayores detalles sobre la expedición Challenger y la oceanografía moderna véase: http://www.thalassa-online.com/revista/article.phtml?id=194

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