En
el boletín de Alerta Económica, este 20 de diciembre, se ha publicado un
artículo interesante que puede ser ampliado al sector pesquero. Dice lo
siguiente:
“Hace
unas semanas el ministro de economía anunció que el Perú entró técnicamente en
una recesión, debido a la reducción del producto bruto interno en los últimos
trimestres. Sin embargo, esto no se aprecia en las calles donde se sigue viendo
que la gente sigue consumiendo. Para poder entender porque sucede esto en el
Perú y seguro en otros países en la región, es importante conocer la forma en
que se calcula el producto bruto interno de un país, que de manera simplificada
es la siguiente fórmula:
PBI =
Consumo + Inversión + Gasto Público + (Exportaciones – Importaciones)
El
resultado de esta ecuación está reduciéndose los últimos trimestres, pero eso
no se ve reflejado en las calles de la ciudad. Lo cual en mi opinión se debe
principalmente a que en el Perú existe cerca de un 70% de informalidad que no
se ve reflejado en esa fórmula, además de otras cifras que no se reflejan en el
cálculo del PBI como la minería ilegal, el contrabando y el narcotráfico.
No
pretendo entrar a detalles técnicos, lo cuales dejo a mis amigos economistas,
pero indudablemente existe mucho más dinero en la economía peruana que explica
porque la gente sigue consumiendo a pesar de la anunciada recesión económica”.
https://alertaeconomica.com/peru-no-esta-en-recesion/
En
el caso pesquero, debemos saber que las ventas que realizan las empresas al
mercado interno no se reflejan en ningún sitio. No quiere decir que sean
informales, sino que no existe un sistema de registro estadístico como sí
ocurre con las exportaciones. Esto dificulta establecer la relación entre canon
pesquero, derechos de pesca, impuesto a la renta y los ingresos del sector pesquero
formal.
Pero
existe un lado oscuro en esta posibilidad de establecer registros completos y
es el que genera la pesca artesanal. Esta actividad es mayormente informal,
tributariamente. El permiso de pesca no implica la existencia de un RUC ni que
existen para la administración tributaria.
Hay
que diferenciar entre el pescador artesanal y el armador artesanal. No son lo
mismo. El pescador es un empleado del armador, que en la práctica es un
empresario, pequeño pero empresario al final.
Esto
significa que pescan y comercializan sus productos, bien en un desembarcadero, los
venden a una planta, o directamente a los mercados. Pero no emiten factura. Y a
su vez los comerciantes de los mercados tampoco emiten boleta. En consecuencia,
aunque la venta de pescado fresco está exonerada de IGV, estos empresarios sí
deberían pagar impuesto a la renta. ¿Lo hacen? No se sabe. De ahí que el
comentario de Luis Barragán, al comienzo de este artículo, tiene plena
vigencia.
Si el armador tuviese RUC podría, además, colocar a los tripulantes, que son pescadores embarcados, en planilla. Lo que resolvería el problema de cobertura de seguridad social y atención de salud de ese sector laboral que carece de esta cobertura.
Por
lo tanto estas cifras quedan fuera de registro y de análisis. Si se sumasen a
las exportaciones, podríamos establecer la verdadera relación entre los
ingresos del sector y su contribución al país.
Hay
que añadir que la normativa vigente exonera a la pesca artesanal del pago de
derechos de pesca.
Hay
que mencionar, además, la existencia de la pesca continental, que también es
artesanal, en ríos, lagos y lagunas. ¿Cuál es su estado de formalidad y cuál el
nivel de registro de sus operaciones de compra y venta?
¿Lo
sabemos? ¿Alguien lo sabe?
¿De
quién debería ser la responsabilidad de ordenar esta temática?
Hace
poco publiqué un artículo denominado “La contribución de la pesquería”.
https://revistapesca.blogspot.com/2023/11/peru-y-la-contribucion-de-la-pesqueria.html
Los
números hablan por sí solos. No se requiere de mayor comentario, a lo que sumo
lo expuesto en el presente artículo.
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