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sábado, 20 de enero de 2018

La necesidad del atún para la industria peruana

En una nota publicada por Semana Económica el 18 de enero de 2018, en el siguiente link:


se menciona lo siguiente:

“El viceministro de Pesca y Acuicultura, Héctor Soldi, aclara que la obligación de los armadores de bandera extranjera de realizar descargas de no menos del 30% de las capturas de atún, como condición ineludible para el otorgamiento de los permisos de pesca, no ha variado en extremo alguno”

“El volumen acumulado actual [de atún de los barcos extranjeros] es superior a la demanda de la industria nacional observada en los últimos años”, señaló el viceministro Soldi a SEMANAeconómica, en comunicación escrita. El funcionario agregó que, con el decreto, se garantiza “que las obligaciones de descarga acumuladas no se pierdan en las próximas temporadas como resultado de ejecuciones de las cartas fianza, en un contexto de garantizar el abastecimiento de materia primas frente a las nuevas inversiones en el sector atunero”.

“El viceministro Soldi adelantó que en el corto plazo buscará prever la continuidad de abastecimiento del atún con la participación de la flota de bandera extranjera, para que de esa forma se impulse la industria de procesamiento de este recurso. Sin embargo, agregó que con miras a diversificar las tradicionales líneas de producción de pota, jurel, caballa, merluza y anchoveta buscarán “un real compromiso del sector privado en la inversión en infraestructura moderna para la producción de productos pesqueros sanos y competitivos”

Dado que la flota nacional no responde a los estímulos existentes para la pesca de atún, el Estado habría encontrado como mecanismo de aprovechamiento de este recurso pesquero (esperamos que sea solo para el atún), acudir a embarcaciones de bandera extranjera.

Si a la flota nacional no le interesa participar, es porque el Estado no encuentra mecanismos eficaces para incentivarlos.

¿Qué hace falta para que el empresario peruano realice esfuerzo pesquero sobre el atún y otras especies como el jurel en la jurisdicción de la OROP-PS y no debamos recurrir a extranjeros?

El tema de fondo es que no existe una visión de la pesquería para el Perú ni una Política de Estado para el sector. De lo contrario, si tuviésemos idea de lo que queremos como país, tendríamos un marco promotor que incentive eficazmente a embarcaciones de bandera peruana a operar en toda la jurisdicción de la OROP del Pacífico Sur, del dominio marítimo peruano y en el triángulo del Sur en la captura no solo de atún sino de jurel también.

No hay mucho interés por la captura de atún con todas las normas que se dieron, al punto de que se estableció un procedimiento de fletamiento de la cuota, que tampoco ha tenido acogida. Nunca se atacó el problema de fondo que era y es el elevado precio del combustible en el Perú que hace poco competitiva la operación de extracción de atún.

Nuestra cuota de atún, obtenida luego de arduas negociaciones en el marco de la CIAT, ¿debe ser capturada por flotas extranjeras que dejan el 30% de su captura en condiciones laxas y favorables en desmedro de la industria peruana, porque no somos capaces de enfrentar el problema con medidas realistas, eficaces y beneficiosas para la industria y flota peruanas?

En tanto no haya flota nacional que abastezca a todas las plantas conserveras peruanas, se necesitan esos desembarques de atún; pero en condiciones favorables para la industria peruana, bajo una normativa estable y con cambiante y que en la medida que mejora y crece la capacidad de procesamiento, el 30% se vaya incrementando.

La industria pesquera hace tiempo viene invirtiendo en mejorar, optimizar y modernizar la infraestructura de sus plantas y embarcaciones. Con pocos o inadecuados incentivos siguen apostando al crecimiento y desarrollo de sus empresas para la producción de alimentos sanos. Los “no sanos” vinieron de la importación de conservas sin los debidos controles sanitarios del propio Estado.

La pesca artesanal carece de infraestructura de desembarque adecuada por deficiencias del propio Estado en el mejoramiento y construcción de desembarcaderos pesqueros artesanales.

Las embarcaciones artesanales no disponen en su totalidad de protocolos sanitarios por falta de incentivo y controles apropiados del propio Estado también.

Lo que se requiere es una Política Pesquera que no se modifique a cada rato y que promueva a la pesca artesanal y a la flota e industria nacionales con incentivos apropiados y eficaces. Los que existen hoy no funcionan. El empresario privado invierte y apuesta para ganar, por tanto no va a salir a pescar si sabe que va a perder.

La presencia de flota extranjera solo está permitida, hasta ahora por lo menos, para el atún en las condiciones descritas en su Reglamento de Ordenamiento. Otras especies como la merluza, la pota, el jurel, la caballa y la anchoveta solo están permitidas para la flota nacional de acuerdo a sus propios reglamentos también. Hasta ahora.

¿Qué debemos entender con la declaración que dice: con miras a diversificar las tradicionales líneas de producción de pota, jurel, caballa, merluza y anchoveta buscarán un real compromiso del sector privado en la inversión de infraestructura moderna para la producción de productos pesqueros sanos y competitivos”?

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