El 10 de febrero de 2017, el Poder Ejecutivo y los
gobiernos regionales suscribieron el
Pacto Nacional contra la anemia y la desnutrición crónica infantil. En el
Pacto, el Gobierno central se fija la meta de reducir los indicadores de anemia
y desnutrición crónica infantil que son altos en varias regiones. Por ejemplo,
en el caso de la anemia infantil, que registra una tasa de 43.5 por ciento la
meta es reducirla a 19 por ciento al finalizar la actual gestión. En este
contexto el MINSA y el MIDIS tienen planes para actuar con miras a la
consecución de estos objetivos.
En el caso del MIDIS, el “Plan Sectorial para contribuir
con la reducción de la Desnutrición Crónica Infantil y la Anemia en niñas y
niños menores de 36 meses, 2017-2021” fue aprobado con la RESOLUCIÓN MINISTERIAL N° 112-2017-MIDIS.
En el caso de Salud, la RM 249-2017-MINSA, del Ministerio
de Salud, aprueba el Documento Técnico Plan Nacional para la Reducción y
Control de la anemia materno infantil y la desnutrición crónica infantil en el
Perú 2017-2021.
La importancia del asunto amerita que las entidades con
posibilidades de contribuir con estos planes se integren y se articulen
estrategias conjuntas de corto, mediano y largo plazo. En este escenario, el
empleo de la anchoveta y la pota se presentan como alimentos que pueden ser
utilizados para alcanzar estos objetivos, si es que se reformulan algunos
programas o se crean nuevos que permitan
contribuir con la alimentación nacional.
El mercado no puede resolver el problema. Hay una imposibilidad
para acceder a los alimentos por parte de amplios sectores de la población que
no pueden pagar los precios actuales y que no son objetivo de ventas tampoco.
El empresario privado optará siempre por vender sus productos con mayor valor
agregado al mejor precio y al mejor postor, con legítimo criterio comercial. En
esa lógica de pensamiento siempre encontrará en la exportación un mercado
dispuesto a pagar caro por alimentos o materia prima para producir alimentos
gourmet que satisfagan no necesariamente el hambre sino exigencias
gastronómicas. La consecuencia es que el ciudadano pobre que requiere proteína
barata y no gourmet, tenderá a ser excluido de esa lógica de mercado.
De allí la necesidad de que el Estado preste atención al
mercado nacional a través de programas sociales, en aquellos lugares que sean
debidamente identificados por el Sistema Nacional de Focalización de Hogares.
Las ventanas de oportunidades que se abren para la creación de microempresas y
de puestos de trabajo, que pueden ser apoyadas con programas de innovación, son
abundantes y contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria nacional. Sobre
todo, dadas las expectativas de recuperación y crecimiento que se anuncian para
el sector pesquero en 2017, que vendrían a compensar los últimos años no tan
buenos que ha tenido el sector debido a múltiples circunstancias.
La bonanza debe trasladarse a la población nacional,
sobre todo a la más necesitada.
No podemos seguir teniendo niños hambrientos nadando en
un mar de proteína abundante.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Proporciona información, ideas y opiniones obtenidas de
fuentes diversas, que tienen por objeto exponer la problemática de la pesca en
el Perú y el mundo.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a AGOSTO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
En formato revista en el siguiente link:
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