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jueves, 18 de junio de 2015

Sobre la enciclica del Papa Francisco sobre el ambiente

LA ALABANZA VERDE DE FRANCISCO
JAIME TATAY

Que el Papa Francisco escriba una encíclica sobre ecología no es más que la consecuencia lógica de décadas de reflexión que han ido calando también en la conciencia de los cristianos. Y con 'Laudato Si' (LS) -que significa "Alabado seas", recordando el inicio del Cántico de las criaturas de Francisco de Asís - la Iglesia responde a los nuevos signos de los tiempos para ofrecer una palabra, desde el horizonte de la esperanza cristiana, sobre las urgentes y complejas problemáticas socio-ambientales que caracterizan nuestra época.

En el mundo de hoy no podemos hablar de problemas sociales y de problemas ecológicos por separado, de la misma manera que no podemos hablar de cuestiones económicas sin hablar de cuestiones políticas. Ésta es una de principales contribuciones de la encíclica, que trata de ofrecer una mirada sapiencial que muestre las interrelaciones entre estos grandes desafíos de la humanidad, así como sus inevitables implicaciones éticas.

La clásica "cuestión social" -que movió a León XIII a escribir 'Rerum Novarum' a finales del siglo XIX e iniciar un peculiar modo de reflexión católico conocido como Magisterio Social de la Iglesia- se ha transformado -a medida que hemos tomado conciencia de la extensión, profundidad y velocidad de las transformaciones planetarias de las últimas décadas- en una única "cuestión eco-social". Y con esta encíclica, el prefijo "eco" no puede ser una moda pasajera o una operación de maquillaje para congraciarse con los movimientos verdes. Sino que responde en profundidad a una verdadera revolución interna en lo que tiene de nueva toma de conciencia y ampliación de miras de la Iglesia.

La propia comunidad científica parece haber tomado esta visión amplia también y ha ido incluyendo, junto al análisis más técnico, consideraciones sobre los efectos sociales de la degradación del planeta. 

La historia de los sucesivos informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático es un buen ejemplo de ese desarrollo histórico reciente.

A mi juicio son cinco las claves de lectura que se observan en las muchas intervenciones sobre ecología de Juan Pablo II y Benedicto XVI que habría que tener en consideración al acercarse a la encíclica de Francisco.

Injusticia social

En primer lugar, la razón que ha catalizado el interés eclesial por la cuestión ecológica: una denuncia profética de la injusticia social vinculada a los procesos de degradación del medio ambiente. La insistencia de los tres últimos pontífices en vincular la "ecología humana" con la "ecología natural" apunta en esta dirección.

El río Soyang completamente seco, a causa de la escasez de lluvias en Chuncheon

Hoy, mientras asistimos a una crisis global de refugiados, no podemos olvidar que algunas de las razones que impulsan a salir de su tierra a millones de hombres y mujeres cada año son las sequías recurrentes, los grandes proyectos extractivistas, el acaparamiento de tierras, el cambio climático, la deforestación, la pérdida de suelos fértiles y otros problemas "eco-sociales" relacionados. La relación entre sobre-explotación de recursos, degradación ambiental, conflictos armados y migraciones resulta cada vez más evidente en muchos países del Sur.

En segundo lugar, esta visión sapiencial (transdisciplinar si se quiere), capaz de superar la parcelación de las disciplinas académicas, el tribalismo ideológico y la visión reduccionista del hombre como consumidor, del bienestar como acumulación material y de la economía como crecimiento ilimitado.

En tercer lugar, una propuesta ascética capaz de movilizar en la lucha contra el despilfarro y devolver como valor la opción por una vida sobria, honrada y solidaria con los que menos tienen y con toda la creación. Los informes científicos y la información de los medios de comunicación no parece estar llegando a los ciudadanos, como reflexionaba certeramente hace no mucho la dirección de "The Guardian", o al menos no es capaz de movilizarnos para transformar nuestro modo de vida y vencer nuestras resistencias interiores.

Si algo se puso de manifiesto en las últimas cumbres del clima fue la incapacidad política para superar los intereses electorales cortoplacistas, mostrar su independencia del poder económico e impulsar la transformación social que se precisa para orientar nuestra economía y nuestra sociedad hacia modos de vida más sostenibles. ¿Acaso la motivación religiosa será capaz de influir para cambiar esta situación de impasse?

Las últimas cumbres del clima mostraron la incapacidad política para superar los intereses cortoplacistas

En cuarto lugar, y relacionado con la clave anterior, una mirada contemplativa capaz de disfrutar de la belleza de nuestro planeta, de descubrir un "valor intrínseco" en todo lo creado y de superar la visión utilitarista y tecnocrática que domina nuestro mundo.

Antonio Machado decía acertadamente que "sólo el necio confunde valor y precio" y tal vez Francisco nos invite a no confundirlos nosotros tampoco.

Por último, una llamada urgente a la conversión dirigida a los creyentes. Una conversión de modos de pensar y actuar dinamizada por la fe en un Dios que contempló el mundo "y vio que era bueno"; una conversión alimentada por una espiritualidad de la sobriedad que trata de vivir bien con lo necesario, sostenida por la convicción de que el cuidado del bien común es condición necesaria del bienestar personal.

Una encíclica es uno de los documentos de mayor autoridad en la Iglesia Católica, pero además es también un ejercicio de teología pública. Como han expresado en repetidas ocasiones fuentes vaticanas, Francisco busca expresamente influir en el debate internacional que está teniendo lugar en la sociedad civil y en especial en las importantes negociaciones que tendrán lugar en la tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de julio en Addis Abeba; en la cumbre de la ONU de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de septiembre en Nueva York; y en la Cumbre del Clima (o COP21) de noviembre en París.
Jaime Tatay es sacerdote jesuita, ingeniero de montes, licenciado en teología y CM de la red @Ecojesuit.
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ENCÍCLICA LAUDATO SI’. ECOLOGÍA INTEGRAL, NUEVO PARADIGMA DE JUSTICIA

 “Laudato si”. Hoy ha sido presentada ante los medios de comunicación la Encíclica de Papa Francisco sobre el cuidado de la creación. Como él mismo informó públicamente durante el ángelus del 14 de junio y durante la audiencia general del pasado miércoles, en este documento de la doctrina social de la Iglesia, se llama a cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, con especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales.

También el Papa Francisco antes de la publicación oficial quiso informar a cada uno de los obispos a través de una nota sobre la Encíclica, para que conocieran por anticipado su contenido y así pudieran informar a los periodistas y fieles de sus diócesis. En la nota se lee: “Querido hermano en el vínculo de la unidad, de la caridad y de la paz (LG 22) en el cual vivimos como obispos, te envío mi carta ‘Laudato sí’ sobre el cuidado de nuestra casa común, acompañada por mi bendición. Unidos en el Señor y, por favor, no te olvides de rezar por mí”. Y es que las Conferencias Episcopales de los cinco continentes contribuyeron con aportes y propuestas en un espíritu de colegialidad en el documento.

Así, llegó el momento de esta presentación con tanta expectativa mediática, periodistas de diferentes países del mundo y diferentes personalidades acudieron esta mañana al aula Nueva del Sínodo en el Vaticano para conocer  el documento “Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común”. En la rueda de prensa participaron el cardenal Peter Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Metropolitano de Pérgamo John Zizioulas en representación del Patriarcado Ecuménico y de la Iglesia Ortodoxa, el Prof. John Schellnhuber, Fundador y Director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, y Carolyn Woo, presidenta de Catholic Relief Services y Decana del Mendoza College of Business, University of Notre Dame, U.S.A.

Texto completo de la encíclica
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CLAVES DE LA CARTA ENCÍCLICA “LAUDATO SI” SOBRE EL MEDIO AMBIENTE DEL PAPA FRANCISCO

El Papa hace todo un alegato para salvar al planeta en su encíclica “Laudato si”

El papa Francisco ha publicado este jueves la Carta Encíclica “Laudato si”, un alegato para salvar el medio ambiente en el que el Sumo Pontífice advierte del “comportamiento suicida” del sistema económico que ha convertido el planeta en un “depósito de porquería”.

A continuación hemos seleccionado una serie de extractos. La encíclica está precedida por una introducción y dividida en seis capítulos.

Mi llamado
“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”.
“Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta”.

Capítulo I. Lo que está pasando a nuestra casa
“Existen formas de contaminación que afectan cotidianamente a las personas. La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras”.
“Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura”.
“Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado”.
El resto del capítulo detalla problemas como el de la pérdida de la biodiversidad, la pérdida de calidad de vida, la inequidad planetaria, las desigualdades y la debilidad de respuesta de los gobiernos.

Capítulo II. El evangelio de la creación
Es el más religioso de los capítulos, junto al último.
“La ciencia y la religión, que aportan diferentes aproximaciones a la realidad, pueden entrar en un diálogo intenso y productivo para ambas”.
“Es un bien para la humanidad y para el mundo que los creyentes reconozcamos mejor los compromisos ecológicos que brotan de nuestras convicciones”.

Capítulo III. Raíz humana de la crisis ecológica
“No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica. Hay un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla”.
“Propongo que nos concentremos en el paradigma tecnocrático dominante y en el lugar del ser humano y de su acción en el mundo”.
El texto analiza también el papel de la tecnología, la globalización de la tecnocracia y “la crisis y los efectos del antopocentrismo moderno”.

Capítulo IV. Una ecología integral
“No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.
“Cualquier menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daños ambientales. En ese sentido, la ecología social es necesariamente institucional, y alcanza progresivamente las distintas dimensiones que van desde el grupo social primario, la familia, pasando por la comunidad local y la nación, hasta la vida internacional”.
“Las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad”.

Capítulo V. Algunas líneas de orientación y acción
Corresponden a las proposiciones concretas que hace la encíclica.
“La estrategia de compraventa de « bonos de carbono » puede dar lugar a una nueva forma de especulación, y no servir para reducir la emisión global de gases contaminantes”.
“Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes”.
“Urgen acuerdos internacionales que se cumplan, dada la fragilidad de las instancias locales para intervenir de modo eficaz”.
“El creciente problema de los residuos marinos y la protección de las áreas marinas más allá de las fronteras nacionales continúa planteando un desafío especial”.
“La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad”.

Capítulo VI. Educación y espiritualidad ecológica
“Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración”.
“Cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad”.
“Invito a todos los cristianos a explicitar esta dimensión de su conversión (ecológica)”.

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