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domingo, 28 de abril de 2013

Revista Pesca editorial Mayo 2013


PESQUERIA CON REGALIAS, SOSTENIBLE Y CON CONTAMINACION CERO

            La discusión y la confrontación entre la industria anchovetera y el Estado omite temas de fondo que son determinantes; pero ha puesto en vitrina al sector pesquero, lo que debiera estimular al público a interesarse más sobre este tema. Para los medios de comunicación es una extraordinaria oportunidad para analizar y difundir los beneficios y los perjuicios que trae la pesquería industrial al país y permitir que la sociedad civil juzgue y decida por sí misma con toda la información posible.

            La harina de pescado, conservas y congelados se producen y se seguirán produciéndose.  Más o menos cantidad, mayores o menores precios, más o menos embarcaciones, la industria seguirá existiendo. Con cuota global, cuotas individuales, con mucho o poco control,  seguirá existiendo. El Estado también seguirá existiendo, aunque las normas de rango de Decretos o Resoluciones puedan modificarse, anularse o mantenerse.

            Mientras hacer harina de pescado y exportar recursos pesqueros congelados o en conserva sea un negocio más atractivo y rentable que atender al consumo humano directo de la población peruana, la industria pesquera, tal como está funcionando, seguirá existiendo. Mientras el mercado nacional compita en inferioridad y desigualdad de condiciones con la exportación, los peces seguirán alimentando a otros países y no al Perú.

            El tema fundamental no es la existencia de la industria, sino que pague un justiprecio por la extracción con cero contaminación, respetando criterios de sustentabilidad, sin competencia desleal con el mercado interno peruano.

Los objetivos fríos, racionales e impostergables, más allá de la coyuntura y la subjetividad, son:

1.   Asignación de un valor a la extracción de todos los recursos pesqueros, que debería ser pagado por todos quienes realizan esfuerzo pesquero con fines comerciales dado que el impuesto a la renta es bajo y hasta desaparece cuando se le contrasta con los impuestos que el Estado devuelve al sector. La renta es un impuesto a las utilidades que nada tiene que ver con el precio que debe tener la materia prima. Los peces deben tener  un precio, que hasta hoy no lo tienen.

2.   La contaminación y reparación del daño causado al ambiente hasta el momento no está resuelto. Los límites Máximos Permisibles para la descarga de efluentes asignados a la industria reductora han sido generosos y los plazos de adecuación a sus PAMAs (Programas de adecuación y manejo ambiental) también. La industria de consumo humano directo no tiene hasta ahora límites máximos permisibles que permitan controlar y eventualmente sancionar el exceso de contaminantes vertidos al mar. Toda la flota pesquera no tiene el control debido de sus descargas de aguas sucias y residuos oleosos porque no se aplica la normativa del Marpol. Debe asegurarse la calidad ambiental de la actividad pesquera y acuícola con cero contaminación.

3.   Colocar al mercado interno en igualdad de condiciones de competitividad que el mercado externo.   
    
4.   Asegurar la sostenibilidad de todas las pesquerías en base a la mejor información científica con un enfoque ecosistémico.      

Marcos Kisner Bueno