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sábado, 29 de junio de 2013

Revista Pesca editorial julio 2013

La empresa privada  dispone diversos mecanismos de auditoría y control sobre sus actividades a fin de asegurar su eficiencia, rentabilidad y cumplimiento de las normas vigentes.   

            El concepto general es que las acciones de control actúan sobre procedimientos administrativos, contables, legales y tributarios. Es necesario ampliar el concepto hacia la fiscalización de la gestión y su actuación en el campo técnico y científico a fin de asegurar la correcta utilización de los procedimientos competentes a cada caso. La mayor parte de especies carecen de información científica que permita establecer límites máximos de captura. Solo poseemos abundante información de la anchoveta, algo de merluza, jurel y viajes a la Antártida. Las prioridades de investigación tienen que replantearse debidamente.

            En este orden de ideas, el Instituto del Mar del Perú es el único organismo científico del estado peruano que proporciona información científica en base a la cual la Autoridad Administrativa de Pesquería emite normas y regulaciones administrativas sobre las pesquerías.

            Su actuación es tan importante que amerita ser sometida a una auditoría técnico científica a fin de garantizar a la sociedad civil peruana que los procedimientos que viene empleando son los más adecuados y convenientes.

            No significa, necesariamente, poner en tela de juicio su prestigio, sino que es un acto legítimo que posee el Estado para garantizar la debida actuación de sus organismos. Tal cual la Contraloría interviene en aspectos administrativos, debería también intervenirse en sus aspectos científicos y de gestión, para lo cual se precisa una auditoría que sea efectuada por un organismo científico internacional, dado que en el Perú no existe un organismo similar al IMARPE.

            El solo hecho de ser la única entidad que proporciona información científica, debiera generar la necesidad de que sea periódicamente auditada en sus aspectos técnicos. La inusual oposición que se observó a esta propuesta formulada al inicio del presente gobierno, generó y genera suspicacias por cuanto una auditoría, lejos de desprestigiar al ente auditado, le proporcionaría mayor credibilidad. A menos que se quiera ocultar algo que solo podría saltar después de una inspección y auditoría técnica.

            No se debe olvidar lo ocurrido con la merluza: En setiembre del 2,001, con apenas unos días de anticipación, se informó a la industria merlucera que se daría una veda larga.  Nunca antes se había dado.
            Hasta ese momento se había trabajado con la hipótesis de un stock de merluza de entre 500 a 700 mil toneladas, lo que permitía pescar alrededor de 130 mil Tm. al año. Información técnica de IMARPE.     
      
En setiembre, además del anuncio de la primera veda reproductiva, se informó que el stock era solamente de 200 mil Tm.  O sea que faltaban 300 mil Tm. sin que existiera una explicación convincente del porqué.


            Este solo antecedente refuerza la necesidad de una auditoría técnica. Lo ocurrido en ese entonces podría volver a ocurrir con otra pesquería, como la anchoveta por ejemplo

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